El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió el miércoles a Rusia de la inminente acción militar en Siria por un posible ataque con gas venenoso, declarando que los misiles "vendrán" y criticando a Moscú por apoyar al presidente sirio Bashar al-Assad, según informa Reuters.
La Casa Blanca desmintió los supuestos rumores de que Trump hubiera transmitido sus planes de ataques militares a través de Twitter, diciendo que no había establecido un cronograma para la acción, que todas las opciones aún estaban sobre la mesa y que estaba evaluando cómo responder.
El tweet de Trump fue una reacción a la advertencia de Rusia de que cualquier misil estadounidense lanzado contra Siria -por el asalto mortal al enclave rebelde de Duma, cerca de Damasco- sería derribado y los lugares de lanzamiento serían atacados.
Sus comentarios plantearon por primera vez la posibilidad de un conflicto directo en Siria entre las dos potencias mundiales que apoyan a las partes enfrentadas en la guerra civil, que dura ya siete años y que ha agravado la inestabilidad en todo Oriente Medio.
"Rusia se compromete a derribar todos y cada uno de los misiles disparados contra Siria. ¡Prepárense, Rusia, porque vendrán, bonitos, nuevos y sofisticados!", escribió Trump en Twitter.
"¡No deberían ser socios de un animal que mata con gas a su gente y lo disfruta!", escribió Trump en Twitter, en referencia a la alianza de Moscú con Assad.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo en respuesta: "Los misiles inteligentes deberían volar hacia los terroristas, no hacia el gobierno legítimo".
Damasco y Moscú han negado cualquier responsabilidad y han dicho que el incidente es falso.
Docenas de personas murieron en Duma y cientos resultaron heridas en el ataque, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El secretario de Defensa de EE.UU., Jim Mattis, usando un tono cauteloso después de la amenaza de ataques con misiles de Trump, dijo que Estados Unidos estaba evaluando la información de inteligencia sobre el presunto ataque.
Al preguntársele si había visto suficientes pruebas para culpar a Assad, Mattis dijo: "Todavía estamos trabajando en esto".
El ejército de EE.UU. estaba listo para proporcionar opciones militares, si correspondía, agregó. No estaba claro si sus comentarios reflejaban inquietud sobre el aparente movimiento de Trump hacia la acción militar.
Dos fuentes del gobierno de EE.UU. dijeron a Reuters que Estados Unidos todavía no tenía pruebas sólidas que verifiquen a ciencia cierta el gas que se usó en Siria y de dónde vino. Sin embargo, afirmaron que hay algunas pruebas de que fue rociado desde helicópteros.
En Moscú, el jefe de un comité parlamentario de defensa ruso, Vladimir Shamanov, dijo que Rusia estaba en contacto directo con el Estado Mayor Conjunto de EE.UU. para tratar la situación.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un monitor de guerra con sede en Gran Bretaña, dijo que las fuerzas progubernamentales estaban vaciando los principales aeropuertos y bases aéreas militares. El ejército sirio también ha estado reubicando algunos activos aéreos para evitar posibles ataques con misiles, según dijeron a Reuters funcionarios estadounidenses.
El ejército ruso dijo que había observado movimientos de las fuerzas navales estadounidenses en el Golfo. Cualquier ataque de EE.UU. probablemente involucre a la armada, dado el riesgo para las aeronaves por las defensas aéreas rusas y sirias. Un destructor estadounidense de misiles guiados, el USS Donald Cook, se encuentra en el Mediterráneo presto para la acción.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria acusó a Estados Unidos, que ha apoyado a algunos grupos rebeldes en el conflicto de Siria, de utilizar "mentiras y falsedades" como una excusa para atacar su territorio.
"No nos sorprende una escalada de violencia tan arbitraria de un régimen como el de Estados Unidos, que financió y financia el terrorismo en Siria", dijo la agencia de noticias estatal SANA citando a un funcionario del Ministerio.
Después del ataque de Duma, el grupo insurgente afincado allí, Jaish al-Islam, finalmente accedió a retirarse. Este hecho selló una gran victoria para Assad, aplastando una larga rebelión en la región de Guta Oriental, en los suburbios de la capital, Damasco.
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En Londres, la primera ministra británica, Theresa May, dijo que todos los indicios apuntaban a la responsabilidad del gobierno sirio en el ataque y que "un acto espantoso y bárbaro" no podía ser cuestionado.
La BBC informó de que May estaba lista para dar el visto bueno a Gran Bretaña para tomar parte en la acción militar. Sin buscar la aprobación del Parlamento, dijo la BBC, a pesar de las peticiones de la oposición del Partido Laborista para que se le diera voz.
También ordenó a los submarinos británicos que se movieran dentro del alcance de misiles de Siria en preparación para los ataques contra el ejército sirio que podrían comenzar el jueves por la noche, según informó el diario Daily Telegraph.
Los precios del petróleo subieron el miércoles a su nivel más alto en más de tres años después de la advertencia de Trump, y los futuros del índice bursátil estadounidense cayeron bruscamente debido a la alarma sobre un posible conflicto entre Rusia y Estados Unidos en suelo sirio.
La OMS dijo que 43 personas murieron en el ataque del sábado contra Duma por "síntomas producidos por la exposición a químicos altamente tóxicos", y más de 500 habían sido tratados de los mismos.
La OMS advirtió que no tiene un papel formal en las investigaciones forenses sobre el uso de armas químicas. Los inspectores internacionales están buscando la autorización de Damasco para visitar Duma en condiciones seguras para y si se usaron municiones prohibidas por la comunidad internacional, aunque no podrán asignarle la autoría a ningún bando.
Moscú y Washington se bloquearon mutuamente el martes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas los intentos para establecer investigaciones internacionales sobre los ataques con armas químicas en Siria.
La amenaza de Moscú de derribar los misiles estadounidenses provino de su embajador en el Líbano, Alexander Zasypkin, quien dijo que se basaba en declaraciones anteriores del presidente Vladimir Putin y del jefe de personal de las fuerzas armadas rusas.
El ejército ruso dijo el 13 de marzo que respondería a cualquier ataque estadounidense contra Siria atacando cualquier misil y punto de lanzamiento involucrados. Rusia es el aliado más poderoso de Assad que le ha ayudado a arrebatar grandes áreas de territorio de los rebeldes desde 2015.
Zasypkin también dijo que un choque entre Rusia y Estados Unidos en Siria "debería descartarse y, por lo tanto, estamos listos para entablar negociaciones".
Putin habló con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y lo instó a no hacer nada para desestabilizar a Siria.
Sin embargo, con las crecientes tensiones, la agencia europea de control del tráfico aéreo Eurocontrol advirtió a las aerolíneas que actúen con cautela en el Mediterráneo oriental debido al posible lanzamiento de ataques aéreos contra Siria en las próximas 72 horas.
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Tanto Rusia como Irán, el otro aliado principal de Assad, han advertido a sus enemigos en los últimos días contra la acción militar, subrayando su compromiso con el gobierno sirio que han armado y apoyado a través de años de conflicto.
Ali Akbar Velayati, el principal asesor del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, dijo el martes durante una visita a Damasco que el ataque israelí del lunes contra una base aérea en Siria "no se quedaría sin respuesta".
Israel mantuvo el miércoles consultas de seguridad de alto nivel sobre la posibilidad de que Siria o Irán puedan atacarle si Estados Unidos ataca a las fuerzas del gobierno sirio.
Las defensas aéreas sirias suministradas por Rusia derribaron un avión israelí F-16 en febrero durante un bombardeo contra lo que Israel describió como posiciones respaldadas por Irán en Siria.