La Autoridad Palestina (AP) ha declarado que Washington es un socio agresor contra el pueblo palestino.
En un comunicado de prensa, el miércoles, Nabil Abu Rudeina, un portavoz de la AP declaró:
"La política de incitación de los embajadores de Washington ante Naciones Unidas e Israel ha alentado a los extremistas israelíes a continuar sus acciones y asentamientos y continuar su agresión contra el pueblo palestino".
Continuó y declaró: "La provocación e indiferencia estadounidense por el mundo árabe y la comunidad internacional han contribuido a aumentar la desconfianza, la tensión de la relación cargada de sospecha y falta de credibilidad".
"La región se enfrenta a un estado de confusión en una etapa llena de problemas e inestabilidad, que requiere una posición palestina y árabe unificada para enfrentar la agresión israelí-estadounidense sobre los lugares sagrados, los derechos nacionales y las resoluciones de legitimidad internacional".
Además, el ministro de Relaciones Exteriores palestino, Riyad al-Maliki, ha hecho hincapié en el compromiso de la decisión de la Autoridad Palestina de cortar todos los contactos políticos con la administración estadounidense, debido a "posiciones que son totalmente favorables a Israel".
Al-Maliki declaró a la radio oficial palestina: "La llamada del embajador palestino a Washington es parte de las medidas tomadas por el gobierno palestino contra Washington y sus posicionamientos".
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"Washington ha querido apartarse del proceso de paz por su decisión sobre Jerusalén, por tanto, los palestinos no aceptarán ningún plan que ofrezca para resolver el conflicto con Israel", declaró.
El martes por la tarde, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, decidió llamar al jefe de la oficina de la OLP en Washington, el embajador Husam Zomlot.
El lunes pasado, Washington abrió su embajada en Jerusalén, después de que el 6 de diciembre de 2017 Trump declarase Jerusalén como capital de Israel, y por tanto el traslado de su embajada desde Tel Aviv a Jerusalén.
Paralelamente a la inauguración de la embajada, el ejército israelí cometió una masacre contra manifestantes pacíficos en la frontera de la Franja de Gaza, que salieron a protestar por el traslado de la embajada. 62 palestinos fueron asesinados y 3188 resultaron heridos, muchos de ellos sufrirán amputaciones debido a las graves heridas realizadas por el uso de munición real usada por las fuerzas de la ocupación israelí.