Gideon Levy ha escrito en Haaretz sobre la situación “absurda” en la que, según sus palabras: “El líder del gobierno palestino se ve obligado a pedir disculpas al pueblo judío” por decir algo “antisemita” sobre el Holocausto. Según Levy, “el que es robado pide disculpas al ladrón, la víctima pide disculpas al violador, los muertos, a su asesino.” Su artículo se titulaba “Queridos ocupadores, perdón si hemos herido vuestros sentimientos”, y en él señalaba que “no tienes que admirar al presidente palestino, Mahmoud Abbas, para llegar a comprender lo absurdo de la situación. No tienes que odiar a Israel para entenderlo.”
Señala que su país, Israel, nunca se ha disculpado por la Nakba “ni por la limpieza étnica, ni por la destrucción de cientos de pueblos y el exilio de cientos de miles de personas de sus tierras.” De hecho, como explica este valiente periodista, “una nación que nunca ha dejado de ocupar, destruir y asesinar, y a la que nunca se le ha pasado por la cabeza disculparse por nada – nada – obliga a sus víctimas a pedir perdón por una frase mezquina de su gobernante.” Dice que, como era de esperar, no aceptaron estas disculpas. “Al fin y al cabo, los ocupantes son muy sensibles – y sólo y únicamente deben tenerse en cuenta sus propios sentimientos.”
Israel no se disculpó por los crímenes de la ocupación de 1967, añade Levy, “ni por el robo de tierras y la construcción de asentamientos, ni por los arrestos falsos, por el asesinato y la destrucción de la vida de una nación. A día de hoy, ni un solo hombre de Estado israelí pretende hacerlo para conseguir un futuro diferente. Pero Abbas tiene que disculparse, o [el ministro de Exteriores israelí, Avigdor] Lieberman y el New York Times pondrán precio a su cabeza. De hecho, se lo pondrán incluso aunque pida perdón.
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El mismo día que Levy escribió este artículo, Haaretz publicó un editorial que demuestra hasta qué punto llega la humillación que sufren los palestinos, así como la jutzpá – arrogancia – que también menciona Levy. Cuenta la historia de Dareen Tatour, de 36 años, que fue detenida hace dos años y medio tras publicar un poema titulado “Resiste, mi pueblo, resístete a ellos”. La acusaron de “publicar incitaciones a actos violentos o terroristas” en Facebook y Youtube y de “alabar e identificarse con actos de violencia o terrorismo”. Entre otras cosas, se incluía un corto que mostraba a personas enmascaradas lanzando piedras a las fuerzas de ocupación israelíes mientras de fondo se recitaba el poema.
La detención de Tatour es otro tipo de terrorismo de Estado, que ha hecho que pase la mayor parte de los últimos dos años en prisión y bajo arresto domiciliario. Por supuesto, el editorial de Harretz no empatizaba con la causa palestina; se escribió porque lo que sucedió con esta poetisa fue algo vergonzosamente injusto, y el periódico sintió que no podía mantenerse en silencio ante esta injusticia. Tatour ha dicho que su juicio “les quitó la máscara” y que ahora “el mundo entero sabrá cómo es la democracia israelí. Una democracia exclusiva para judíos.” Como lo describe el autor del editorial de Haaretz, “los árabes de Israel están acostumbrados a oír gritos de ‘muerte a los árabes’, y un vistazo casual a las redes sociales o a los pasillos de la Knesset es suficiente como para escuchar y ver incitaciones – pero nadie va a juicio por eso.”Existen pocas diferencias entre la condena de Abbas y la de Tatour, ya que ambos están dentro de una jaula. Él, en Ramalá, y ella en el pueblo de Reina, cerca de Nazaret. Ambos son víctimas, pero tienen que disculparse ante sus perseguidores si no quieren tener más problemas.
Bajo esta lógica perversa, cuando vemos la arena de Gaza volverse roja con la sangre de las personas asesinadas y heridas por los soldados israelíes simplemente por haber decidido manifestarse contra la injusticia de su encierro al aire libre, ¿deberían los palestinos disculparse por “arruinar” la celebración en Israel por el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, orquestada por Donald Trump? ¿Deberían suplicar el perdón de Israel por haberles fastidiado la fiesta con imágenes sangrientas de personas muertas o heridas que sólo querían ejercer su derecho legítimo a regresar a su tierra ocupada?
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Es más, mientras que Abbas ha tenido que pedir perdón al pueblo judío por “una frase mezquina”, ¿no debería también considerar disculparse ante su propio pueblo, los palestinos de Gaza, por las medidas punitivas que ha impuesto sobre ellos? ¿Debería pedir disculpas a sus aliados de la “sagrada” colaboración de seguridad por la “rebelión” de Gaza, que se niega a rendirse ante quienes han robado sus tierras? ¿Es suficiente con que declare tres días de luto por las víctimas?
Si el “líder legítimo” realmente habla en serio sobre su luto y su dolor por su pueblo, debería disculparse por asfixiarlo con sus sanciones, y acabar de inmediato con su contribución al asedio israelí que sufren los palestinos de la Franja de Gaza.
Este artículo apareció primero en árabe en Al-Araby Al-Jadeed el 17 de mayo de 2018.
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