La organización internacional de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional ha denunciado en un informe publicado el pasado martes que el bloqueo impuesto sobre Qatar por parte de Arabia Saudí, EAU, Bahrein y Egipto ha dañado el tejido social de los estados del Golfo Pérsico, perjudicando a familias e individuos, y ha implicado retrocesos en el desarrollo de las políticas de respeto a los derechos humanos en la región.
El informe señala que las vidas de miles de familias y personas de la región del Golfo han cambiado a peor desde el inicio del bloqueo. “En un año, incluso se han roto familias debido a las severas restricciones impuestas por los países que han promovido la ruptura de las relaciones con Qatar, al convertirse en parte en este conflicto político”, explica Amnistía.
La juventud y los estudiantes también han sufrido un impacto por el bloqueo, que ha ralentizado su proceso educativo al impedirles acceder a becas o centros de estudio. Otras personas han perdido sus puestos de trabajo, y a otra se le ha impedido realizar el Hayy (la peregrinación mayor a La Meca) y llegar a los Santos Lugares de La Meca y la ciudad de Medina, que se hallan en Arabia Saudí.
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Amnistía ha llamado a todos los estados involucrados en esta crisis a que garanticen que sus acciones no conlleven ningún tipo de violaciones de los derechos humanos.
El informe asevera que “nuestra organización sigue invitando a Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Egipto a levantar todas las restricciones impuestas a la libertad de circulación de la ciudadanía y la población del Golfo. En esta libertad de circulación debe incluirse la ciudadanía de Qatar y la población allí residente, y el acceso a los lugares sagrados sitos en Arabia Saudí”.
La organización ha lamentado que un año después del comienzo de la crisis del Golfo la situación no haya mejorado y la población de la región siga enfrentándose a un futuro incierto.
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