La coalición liderada por Arabia Saudí inició el martes las maniobras para atacar el principal puerto de Yemen, preparándose para lanzar la que será con mucho la mayor batalla de la guerra, que dura ya tres años, entre la alianza de estados árabes y el movimiento rebelde hutí, que controla la capital de Yemen, Saná.
Emiratos Árabes Unidos, uno de los principales miembros de la alianza respaldada por Occidente, fijaron el martes como fecha límite para que los hutíes, alineados con Irán, se retirasen del puerto de Hudayda bajo las negociaciones lideradas por la ONU o por el contrario se enfrentaran a una ofensiva militar.
Sería la primera vez desde que se unieron a la guerra en nombre del exiliado gobierno de Yemen que los ejércitos extranjeros han intentado capturar una ciudad tan bien defendida.
Hudayda, el puerto más grande de Yemen y el único controlado por los hutíes, sirve como salvavidas para la mayoría de la población de Yemen, que vive en territorio gobernado por los rebeldes.
La ONU asegura estar desarrollando en una "intensa" mediación diplomática entre los hutíes y los líderes de la coalición árabe, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, para evitar el ataque.
Se estima que 600.000 personas viven en el área y, en el peor de los casos, una batalla podría costar hasta 250.000 vidas, además de cortar la entrada de millones de euros en ayuda y suministros.
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Las tropas dirigidas por los emiratíes han avanzado a lo largo de la costa sudoeste hasta las afueras de Hudayda acorde a una estrategia de la coalición para encajonar a los hutíes en la capital, Saná, y ahogar sus líneas de suministro para obligarlos a sentarse en la mesa de negociaciones.
Fuentes militares locales dijeron que cientos de combatientes yemeníes, así como tanques y suministros militares de EAU, llegaron el lunes para reforzar las tropas, incluidos emiratíes y sudaneses, en Al-Durayhmi, un área rural a 10 km al sur de Hudayda.
Las fuentes dijeron que las fuerzas yemeníes aliadas con la coalición liderada por Arabia Saudí, provenientes de los separatistas del sur, unidades locales de la llanura costera del Mar Rojo y un batallón liderado por un sobrino del fallecido ex presidente Ali Abdullah Saleh, habían avanzado y estaban "en las puertas" del aeropuerto de Hudayda.
La guerra enfrenta a los hutíes contra los Estados sunníes respaldados por Occidente, que intervinieron en 2015 para restaurar el gobierno en el exilio y frustrar lo que Riad y Abu Dhabi ven como objetivos expansionistas de su enemigo chií, Irán.
Los hutíes, con raíces de la minoría chií zaidí que gobernó en Yemen hasta 1962, una dinastía de mil años de duración, niegan que sean peones de Irán, y se consideran représentantes de una revolución popular contra la corrupción que defiende al país de los invasores.
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"Creo que los emiratíes han hecho un buen trabajo al presentar argumentos convincentes sobre por qué una operación (en Hudayda) podría, al final, inclinar la balanza y aplicar suficiente presión para llevar a los hutíes a la mesa de negociaciones”, dijo el lunes un diplomático occidental."La preparación de los emiratíes" es crucial en esto. Esto es posiblemente lo que más nos preocupa".
Un período de gracia
Los gobiernos donantes europeos advirtieron el sábado a los grupos de ayuda humanitaria que trabajan en Yemen que “ahora parece inminente un ataque militar", según un mensaje al que tuvo acceso Reuters. "Los emiratíes nos han informado hoy que darán un período de gracia de 3 días para que la ONU (y sus socios) abandonen la ciudad".
El Ministerio de Asuntos Exteriores de EAU y la oficina de comunicaciones del gobierno no respondieron a las solicitudes de declaraciones realizadas por Reuters.
Naciones Unidas evacuó el lunes a sus funcionarios extranjeros de Hudayda. El Comité Internacional de la Cruz Roja retiró la semana pasada a 71 funcionarios internacionales de Yemen.
El renovado pulso sobre Hudayda se produce en medio de las crecientes tensiones entre Arabia Saudí y su archienemigo regional, Irán, después de que Estados Unidos se retirara el mes pasado del acuerdo nuclear internacional con Teherán, una medida aclamada por Riad y Abu Dhabi.
Los aliados occidentales de Arabia Saudí, bajo un creciente escrutinio por venderle armas a los estados que intervienen en la guerra de Yemen, no han dejado claro públicamente si aprueban o no un asalto a Hudayda.
Riad asegura que los hutíes usan el puerto para introducir armas de fabricación iraní, incluidos los misiles que se lanzaron contra las ciudades saudíes, acusaciones negadas por el grupo y por Teherán.
El líder hutí Abdul Malik al-Houthi advirtió que el grupo atacará a los petroleros en caso de un asalto a Hudayda.
La coalición dice que una de las principales justificaciones de su intervención es proteger el transporte marítimo del Mar Rojo, que transporta petróleo de Oriente Medio y productos asiáticos a Europa a través del Canal de Suez.
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