El gobierno jordano ha comenzado a adoptar diversas medidas de austeridad para controlar el gasto público centradas en el propio funcionamiento del ejecutivo. Estas medidas suponen los primeros pasos encaminados a detener el derroche de dinero público en las instituciones y reducir el déficit resupuestario, mientras pretenden mostrar una imagen de austeridad por parte del Estado.
Según ha explicado el primer ministro Omar Al-Razzaz en una conferencia de prensa, con estas medidas se aspira a reducir el gasto gubernamental en 150 millones de dinares (211 millones de dólares) a lo largo de este año.
De acuerdo a un comunicado emitido por el gobierno jordano, el Consejo de Ministros ha decidido congelar la compra de automóviles excepto en casos imprescindibles y tras la aprobación previa del primer ministro.
El comunicado indica también que se prohibirá utilizar los vehículos del gobierno excepto para viajes oficiales, y que los ministros tendrán a partir de ahora asignados un solo coche cada uno, misma situación en la que se encontrarán todos los altos funcionarios administrativos o gobernadores que tengan asignada esta prerrogativa.
Lo mismo ocurrirá con el mobiliario en las instituciones, habiendo confirmado el gobierno que éste sólo se cambiará en caso de ser imprescindible. El mobiliario, en caso de ser necesaria su renovación, será obligatoriamente de producción local.
El Consejo de Ministros ha decidido también limitar los viajes representativos de delegaciones oficiales y comités de asuntos exteriores a aquellos que sean estrictamente necesarios, así como intentar reducir el número de miembros de las delegaciones oficiales jordanas al exterior a no más de tres.
El gasto público total durante los primeros cuatro meses de este año fue de 2.800 millones de dinares (3.900 millones de dólares), en comparación con un gasto de 2.500 millones de dinares (3.500 millones de dólares) durante el mismo periodo del año pasado.
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El rey de Jordania, Abdullah II, encargó al recién nombrado Al-Razzaz la tarea de formar un nuevo gobierno el día 5 de junio. Este encargo llegó tras la renuncia de su predecesor, Hani Al-Mulqi, provocada por las numerosas protestas populares ocurridas en el país contra la Ley de Impuestos sobre la Renta aprobada y enviada al parlamento por el gobierno anterior a fines del mes de mayo pasado.
Tras 8 días consecutivos de protestas, la dimisión del anterior jefe del Ejecutivo y la elección de Al-Razzaz, estas protestas parecen ahora haber amainado. Al-Razzaz prometió inmediatamente después de jurar su cargo retirar esta polémica ley del parlamento, lo que cumplió en su primera reunión de gobierno.
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