Por segundo día consecutivo se siguen produciendo manifestaciones populares en la capital iraní, Teherán. Estas manifestaciones estallaron el lunes a causa de la gran devaluación de la moneda iraní (el tuman), cuyo tipo de cambio llegó a 1 dólar por 9.000 tumanes.
De acuerdo a la agencia de noticias oficial iraní Fars, numerosos comerciantes y vendedores de los bazares de Teherán, que constituyen uno de los nervios comerciales y sociales de la capital, anunciaron que iban a cerrar las puertas de sus negocios en protesta contra la alta volatilidad de los precios. Después, grupos que protestaban de forma espontánea contra la situación económica comenzaron a confluir en una manifestación que, desde diversas zonas del centro de Teherán, se dirigió hacia los alrededores del Parlamento. Posteriormente, se registraron escaramuzas entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad en los alrededores de la plaza de Bharistan.
Fragmentos de vídeo mostraban que el núcleo de las protestas comenzó con huelgas en establecimientos del antiguo “Bazar de Teherán” desde primeras horas de la mañana. Después, los comerciantes, vendedores, y grupos de ciudadanos, formaron una marea humana que recorrió la distancia que separa el mercado central situado en el centro de la capital hasta la sede del parlamento iraní en la plaza Bharstan.
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En la huelga participaron todos los puestos de joyería y orfebrería, el mercado “Bajnar”, los fabricantes de calzado del “gran mercado de el Chajar, el mercado de “El Kilo”, el mercado de “Plaza Sabza”, el de “Saray Melli”, el de “Saray Bouali”, y el de “15 Khordad”.
En las páginas web iraníes se ha vivido también una gran actividad. En Twitter, se han publicado escenas de manifestantes en Teherán exigiendo a su gobierno salir de Siria, coreando eslóganes como “Dejad a Siria y pensad en nuestra situación” o “No queremos un cambio de un dólar por diez mil tumanes”.
Estos últimos días, las oficinas de cambio de Teherán no han operado con divisas, especialmente con el dólar, negándose a comprarlo o venderlo por temor a las fluctuaciones extremas.
Mientras tanto, los medios de comunicación estatales defienden la versión del gobierno en cuanto a que entre los manifestantes hay dos grupos diferenciados, el de “comerciantes con exigencias económicas razonables” y “desconocidos que intentan manipular el sentido de estas protestas”. Se han publicado también fragmentos de vídeo en los que se observa a los manifestantes, mientras forman auténticas olas humanas, exigir a las fuerzas de seguridad que protejan a los ciudadanos y permitan que tengan lugar las concentraciones, que ambas partes han confirmado que son esencialmente pacíficas.
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Según diversos informes, manifestaciones parecidas se han extendido también a otras ciudades cercanas a Teherán, como Shahriar y Karaj. Algunos activistas han informado de movimientos coincidentes en otros mercados del país, como en el de la ciudad de Mashhad, situada en el noreste del país, y los de la isla de Qeshm, Bandar Abbas, Abadán y Ahwaz, en el sur.
En algunos de estos lugares, la policía iraní ha utilizado bombas de gas lacrimógeno y ha cargado con material antidisturbios contra la multitud de manifestantes, arrestando a decenas de ellos.
El presidente de la Cámara de Sindicatos de Comercio de Irán ha culpado a “manos ocultas” de esforzarse por volver inoperante el bazar de Teherán en un intento de causar un bloqueo económico en la capital.
Diversos observadores opinan que las escenas vividas en la capital iraní estos dos días tienen parecido con las manifestaciones ocurridas en diciembre pasado. En aquellas manifestaciones auténticas multitudes salieron a la calle en la mayoría de las ciudades del país contra las políticas económicas del gobierno, que calificaban como fallidas.