Nueve miembros de las fuerzas de seguridad tunecinas perdieron sus vidas el pasado domingo en un atentado. El ataque se produjo al oeste del país, cerca de la frontera con Argelia, según informó la agencia de noticias estatal TAP. Los grupos armados presentes en las zonas rurales de Túnez en ocasiones atacan a las fuerzas de seguridad, pero el número de víctimas mortales de este atentado es el más elevado desde 2015. Ese año se produjeron tres grandes atentados, reivindicados por el autodenominado Estado Islámico (EI).
Una unidad de policía de Gar Dimaou, en la región de Jendouba, sufrió una emboscada mientras se encontraba patrullando de forma rutinaria, según informó TAB.
“Los terroristas lanzaron una granada al paso del primer coche, y luego atacaron a la patrulla con armas de fuego,” indicaron fuentes del ámbito de los servicios de seguridad citadas por TAP.
Túnez es uno de los países más seculares del mundo árabe. Se convirtió en objetivo de grupos armados islamistas después de transformarse en avanzadilla del cambio democrático con la revuelta contra el gobierno del autócrata Zine Abidine Ben Ali en 2011.
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Algunos grupos armados operan en regiones remotas cercanas a la frontera con Argelia, que sigue enfrentándose a grupúsculos herederos de la insurgencia de los años noventa.
Dos de los ataques de 2015 tuvieron como objetivo a turistas. Uno se produjo en un museo en Túnez capital, y el segundo en una playa de Susa. El tercero acabó con las vidas de 12 guardas presidenciales, también en Túnez capital. Los tres atentados fueron reivindicados por el EI.
Tras hundirse inicialmente, el turismo se ha ido recuperando de forma gradual.
El gobierno mantiene por el momento el estado de emergencia, que le otorga mayores poderes a la hora de desmantelar grupos armados.