El nuevo negocio de Fatima Nasser apenas ha despegado, cuando ya ha sido acusada de ser una espía extranjera; todo por el mero hecho de emplear a mujeres en Libia. Éste es un ejemplo de la oposición a la que se enfrentan las mujeres trabajadoras en este conservador país musulmán, que se ha visto sumido en el caos desde que una revuelta apoyada por la OTAN acabara con el gobierno autoritario de Muammar Gaddafi en 2011.
Sólo una de cada cuatro mujeres libias trabaja, según datos del Banco Mundial. Nasser, de 21 años, espera cambiar esta situación con una nueva aplicación de reparto de comida, que les permitiría ganar dinero desde sus propias cocinas.
“Quiero ayudar a unas mujeres que se merecen algo mejor. Necesitan oportunidades, igual que los hombres,” explicó la joven a la Fundación Thomson Reuters.
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La aplicación, bautizada como Yummy, conecta a mujeres que cocinan en casa con clientes que desean encargar comida, de la misma forma que Uber conecta a conductores particulares con potenciales pasajeros.
Las cocineras tienen la opción de permanecer anónimas, admitiendo los pedidos de hombres sin tener que hablar con ellos.
“Tenemos una sociedad que ha permanecido cerrada durante cien años, así que no es posible abrir simplemente un canal de comunicación entre dos géneros que se supone que no deben hablar a menos que estén casados,” explicó Nasser.
La joven cuenta con 300 cocineras listas para empezar a trabajar, después de haber testeado ya la aplicación con 20 trabajadoras en la ciudad sureña de Sabha. Entre éstas se cuenta Ekhlas Ekrim, de 26 años.
Durante cuatro meses, Ekrim ha cocinado y vendido sus platos a través de Yummy. Durante este tiempo, la falta de seguridad en Sabha y las luchas entre grupos armados rivales, no le permitían salir a la calle a ganarse el sueldo.
“Aquí no aceptan que una mujer trabaje. Aquí tu padre o tu hermano son responsables de darte dinero o cualquier cosa que necesites como mujer,” cuenta por WhatsApp la joven, que vive con sus padres, dos hermanos y dos hermanas.
“Trabajar con Yummy es maravilloso y me ha hecho la vida mucho más fácil. El trabajo en sí mismo no es difícil, lo es la sociedad,” remata.
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Rico en petróleo, Libia fue una vez uno de los países con los estándares de vida más altos de Oriente Medio, pero su economía ha sido víctima del conflicto y la división políticas.
En muchas partes del país la seguridad es frágil, y la duración del conflicto implica que más y más mujeres se han visto obligadas a trabajar mientras los hombres luchan en el frente, apuntan desde MEDA, una organización que enseña técnicas de negocio a mujeres libias.
“Puede que culturalmente sea visto como inapropiado que las mujeres trabajen fuera del hogar. Una aplicación como ésta ayuda a evitar algunos de estos problemas,” afirma el director de MEDA Adam Bramm.
El año pasado, el proyecto alrededor de la aplicación fue uno de los tres ganadores del premio Enjazi, que pretende promover el emprendimiento y diversificar la economía libia, tan dependiente del petróleo.
Como parte del premio, Nasser ganó un viaje a Gran Bretaña para aprender de emprendedores exitosos. La joven también recibió asesoramiento del Foro de la Empresa MIT de la Región Panárabe y de Tatweer Research, organizaciones que promueven el emprendimiento en la región.
“Si una mujer lanza una start-up en Libia, no recibe los mismos ánimos y el mismo apoyo que su hermano,” critica Nasser. “Pero esto va a cambiar. La gente cree cada vez más en la mujer”.
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