El primer ministro italiano Giuseppe Conte está tratando de encontrar países dispuestos a acoger a parte de los 450 migrantes rescatados el sábado pasado, según fuentes de la oficina del premier.
Dos barcos, uno de ellos operado por Frontex y otro por la Guardia de Finanzas italiana, recogieron a los migrantes cerca de la isla italiana de Linosa, a unas 100 millas náuticas de Malta. Ese país había rechazado el vienes las presiones de Roma para hacerse cargo de ellos.
El nuevo ministro del interior, el derechista Matteo Salvini, se ha estrenado con una política de denegar el acceso a puertos italianos a los barcos de rescate, y ha manifestado que a los migrantes no se les permitirá desembarcar en Italia.
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Ocho personas que necesitaban asistencia médica fueron trasladadas a la isla de Lampedusa, según la misma fuente de la oficina del primer ministro, que también reveló que Salvini y Conte habían debatido la situación por teléfono.
“Una solución sería distribuir inmediatamente a los migrantes entre diferentes países europeos,” explicó la fuente. “O bien Italia podría ponerse en contacto con Libia y enviarles de vuelta al lugar del que vinieron”. Una tercera opción sería que los migrantes permanecieran en los barcos durante el tiempo en el que sus solicitudes de asilo son procesadas.
La fuente agregó que Conte escribiría al presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, al presidente del Consejo Europeo Donald Tusk y a los líderes de gobierno europeos instándoles a aplicar los políticas migratorias que fueron refrendadas en la cumbre del mes pasado.
“Italia ya no está dispuesta a hacerse cargo, por sí sola, de un problema que afecta a todos los países europeos,” manifestó la fuente.
El viernes pasado, Malta afirmó que las 450 personas eran responsabilidad de Italia. No es el primer conflicto de este tipo que se produce desde que el nuevo gobierno populista tomara posesión en Italia. En las dos ocasiones anteriores, los migrantes acabaron siendo acogidos por España y Malta.
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Según el derecho internacional, los refugiados no pueden ser devueltos a un lugar en el que sus vidas corran peligro. Tanto Naciones Unidas como la Unión Europea han reconocido que Libia no es un país seguro.
Hace unos días, sin embargo, Salvini pidió a los ministros del interior europeos que declararan Libia como lugar seguro, de forma que los migrantes rescatados en el mar puedan ser devueltos al país norafricano. Según Salvini, los ministros del interior de Alemania, Austria y Francia manifestaron su aprobación ante esta propuesta.