La ocupación ha intensificado su actual ataque contra la Franja de Gaza, tras meses de tensión, hasta el punto en el que los analistas piensan que esta intensificación será el comienzo de una guerra en toda regla similar a las guerras israelíes de 2008, 2012 y 2014. ¿Es realmente el principio de una guerra total? ¿Cuáles son los objetivos de la reciente violencia de la ocupación?
El debate interno israelí
Los debates internos en los ámbitos político y mediático de Israel no parecen indicar que se haya tomado la decisión de librar una guerra en Gaza. El gobierno, en especial Netanyahu y el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, se inclinan por no llevar a cabo este ataque por razones relacionadas con la incapacidad de la ocupación de eliminar por completo a Hamas. También debido a los enormes costes mediáticos y políticos de la guerra, basándose en la experiencia de las tres guerras anteriores.
Por otra parte, otros miembros del gobierno, como Naftalí Bennett, líder del partido de extrema derecha Hogar Judío, apoyan la guerra, quizá para registrar objetivos políticos contra el Likud.
En cuanto a los expertos militares y los centros de investigación, se dividen en cuanto a la opción apropiada para lidiar con Gaza, entre la necesidad de mantener la "calma" relativa impuesta por la reciente guerra de 2014, o iniciar una guerra total para reimponer una calma total en los asentamientos.
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Entre las opciones están los frentes sirio y libanés, ya que algunas voces de dentro del gobierno, el ejército y los medios piden que las preocupaciones de seguridad y riesgo se centren en estos frentes y se abstengan de iniciar una nueva guerra con Gaza.
La Gran Marcha del Retorno y globos incendiarios
La Gran Marcha del Retorno, las cometas y los globos incendiarios componen un nuevo gran factor que podría afectar a la toma de decisiones israelíes respecto a la guerra en Gaza. Los fuegos en los asentamientos cercanos a Gaza causados por las cometas y los globos han puesto mucha presión sobre el gobierno. También han actuado como herramienta de ministros y oficiales del ejército más radicales para conseguir puntos políticos contra Netanyahu, lo que ha llevado a este último a realizar más ataques aéreos bajo el pretexto de eliminar a quienes ordenan lanzar las cometas. Es un esfuerzo por su parte de aliviar las presiones internas y las ofertas políticas de otros partidos más radicales.
La ecuación de disuasión
Además de las demandas y presiones públicas, la motivación real detrás de la última intensificación israelí es el
deseo del gobierno de restaurar la ecuación de disuasión producida por los ataques de 2014, interrumpida por el fenómeno de las cometas en llamas, debido a los grandes fuegos causados por este fenómeno.Para comprender los objetivos de la ocupación al imponer una ecuación de disuasión apropiada, debemos remontarnos a la dirección que ha tomado desde 2006 la política de disuasión israelí:
- En 2006, la ocupación no logró una victoria clara contra Líbano, pero la fuerza bruta de los ataques aéreos disuadió a Hezbolá de realizar operaciones militares que pudieran desembocar en una guerra total con la ocupación. Quizá la declaración más importante que hizo el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en este contexto es que él no hubiera capturado a los dos soldados si hubiese sabido que aquello provocaría una guerra que dejó tanta destrucción y víctimas en Líbano.
- En 2008, la ocupación tampoco consiguió una victoria clara contra Hamas en la Franja de Gaza, y tampoco pudo acabar con su control sobre el territorio. No consideró librar una guerra total debido al alto coste político de volver a ocupar Gaza. Por otra parte, la guerra produjo una nueva fórmula de disuasión, principalmente, que el disparar cohetes desde la Franja de Gaza provocaría una guerra devastadora en su contra. Esta fórmula dio pie a un estado de calma que, por supuesto, se acabó en las guerras de 2012 y 2014.
- Los ataques de 2012 y 2014 establecieron casi la misma ecuación de disuasión entre Hamas y la Franja de Gaza.
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Mediante su intensificación actual en la Franja de Gaza, la ocupación pretende restablecer la ecuación de disuasión
creada por las guerras anteriores tras la introducción de un nuevo factor en esta ecuación; el fenómeno de las cometas en llamas.Las cuestiones que quedan sin resolver son las que respectan a la postura que requieren los palestinos a nivel popular y de resistencia. La experiencia de la Gran Marcha del Retorno demostró que la acción popular pacífica de los palestinos es la más factible en la etapa actual. Por una parte, mantiene el "enfrentamiento" con la ocupación, y, por otra, revierte el conflicto a su estado original: un conflicto entre una fuerza de ocupación brutal y un pueblo ocupado en busca de la libertad. También impone un mayor coste político y mediático para la ocupación y uno menor para el pueblo palestino que la guerra. Además, tiene la capacidad de mover el problema del injusto bloqueo en Gaza.
La resistencia palestina es el derecho del pueblo contra la ocupación, pero el pueblo y sus líderes deben calcular sus resultados y tomar sus decisiones basándose en ellos. Nada cuesta más a la ocupación en el contexto actual, y mantiene más enfrentamientos e involucraciones con la ocupación que la resistencia pacífica, y la Franja de Gaza por sí sola no puede continuar soportando los altos costos en nombre del proyecto nacional palestino.
Traducido de Arabi21 el 16 de julio de 2018.
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