Según anunciaron el martes fuentes judiciales tunecinas, el país magrebí no tiene intención de deportar a Alemania al islamista acusado de haber sido guardaespaldas de Bin Laden. En lugar de eso, Túnez le investigará por cargos relacionados con el terrorismo.
Hace dos semanas, las autoridades alemanas habían deportado a Túnez a un hombre conocido como Sami A., contraviniendo una orden judicial que paralizaba su expulsión por el riesgo de que pudiera ser sometido a torturas.
La oposición criticó duramente la gestión del caso por parte del ministro del interior Horst Seehofer, y un tribunal solicitó que el tunecino fuera traído de vuelta al país germano.
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Sufian Sliti, un portavoz del organismo judicial que se ocupa de los casos de antiterrorismo, reveló que el sospechoso se llama Sami Al-Aidoudi y que se enfrentará a un juicio por terrorismo. El acusado permanece encarcelado en un centro de detención en Túnez capital.
“No hay manera de que le deportemos a ningún otro país. No hay ninguna base para ello. Es una cuestión de soberanía nacional, y se sentará en el banquillo de acuerdo con la ley que estipula los delitos de terrorismo cometidos fuera del territorio de la nación,” explicó Sliti.
El portavoz desechó también las preocupaciones de que Sami A. pudiera sufrir torturas en Túnez. “En cuanto a las alegaciones de que el sospechoso será sometido a torturas, nos gustaría manifestar que estas acusaciones son totalmente falsas. Estamos seguros de que no ocurrirá. El sistema judicial es independiente y no toleraremos tales prácticas. El sospechoso es un ciudadano que cuenta con el derecho a un juicio justo”.
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