Hace unos días, la Kneset aprobó la ley del Estado Nación Judío con una mayoría de 62 votos. Esta ley niega al pueblo palestino su derecho a la autodeterminación en su propia tierra, y estipula que el derecho a la determinación en la Palestina ocupada, a la que la ley se refiere como Israel, se reserva únicamente a los judíos. También estipula que el Estado de Israel es la nación estado del pueblo judío, donde pueden ejercer su derecho natural, cultural, religioso e histórico de determinar su destino.
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Además, la nueva ley reconoce a Jerusalén como la capital unificada de Israel, y considera la promoción de asentamientos como una virtud nacional que debe fomentarse y fortalecerse. La ley también ha degradado el estatus del árabe de lengua oficial, como lleva calificada desde el periodo del Mandato Británico, a lengua de “estatus especial”.
La ley del Estado Nación Judío fue propuesta por los parlamentarios Ze'ev Elin, del partido Likud, y Ayelet Shaked, del partido de El Hogar Judío. Tras la adopción de la ley, el término del “judaísmo de Israel” ya no es una mera idea.
En julio de 2003, la Kneset decidió intensificar la idea del “judaísmo” del Estado y extender su uso como término en todo el mundo. También trató de obtener una postura palestina que apoyara la ley, propuesta en aquel momento por el bloque de Likud en la Kneset. La ley se aprobó y estipuló que la Franja de Gaza y Cisjordania no eran zonas ocupadas, ni históricamente ni en términos de derecho internacional o bajo los acuerdos firmados por Israel. Exigió la continuación del refuerzo y desarrollo de los asentamientos y de la soberanía sobre Jerusalén, tanto la parte oriental como la occidental, ocupadas en 1948 y 1967 respectivamente, y la preservación de las zonas de seguridad. La última ley se aprobó para reforzar la idea del judaísmo del Estado. Según el parlamentario Amir Ohana, “la ley define a Israel como el Estado del pueblo judío, que no será binacional, ni siquiera un Estado bilingüe, y no tendrá dos capitales.”
El diputado añadió que “quien considere racista esta ley está tachando a todo el sionismo como un movimiento racista.” Esto era un intento de confundir a la oposición y a su líder, Isaac Herzog, cuyo padre, Chaim Herzog, fue el embajador de Israel en las Naciones Unidas en 1976, cuando la Asamblea General adoptó su famosa resolución que describía al sionismo como racismo.
Mediante la frecuente aprobación de leyes racistas, de las que la Ley del Estado Nación Judío es la más reciente, Israel pretende imponer el “judaísmo” y convertir un concepto en la realidad, a pesar de que el 20% de los ciudadanos israelíes no son judíos. Pero esto no es nada nuevo. El “Estado Judío” propuesto apareció en la literatura del primer congreso sionista, celebrado en 1897 en la ciudad suiza de Basel. El ex primer ministro israelí Ariel Sharon fue una de las personas que extendió el antiguo-nuevo término. En muchas entrevistas y reuniones incluso llegó a referirse a la expansión de Israel desde el Mar Mediterráneo en el occidente hasta el Río Jordán en el oeste, e insistió en que eso sería realmente un Estado judío puro.
A pesar de los incansables intentos de establecer al idea del “judaísmo” del Estado ocupante aprobando leyes racistas, estos intentos no triunfarán, en gran parte debido a la demografía del Estado y de los territorios ocupados. Si se mantiene la tasa de natalidad actual, en 2030 los palestinos formarán la mayoría de la población de su territorio histórico.
Este artículo fue publicado en árabe en el periódico Al-Hayat el 25 de julio de 2018.
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