Qué: Varios colonos judíos israelíes extremistas atacaron el hogar de la familia Dawabsheh, dejando huérfano a Ahmed y asesinando a sus padres y a su hermano pequeño, Ali.
Dónde: Duma, un pueblo cercano a Nablús, en la Cisjordania ocupada.
Cuándo: 31 de julio de 2015.
Qué sucedió:
El 31 de julio de 2015, Ali Saeed Dawabsheh fue quemado vivo en su casa. Tenía 18 meses. Ali sufrió graves quemaduras después de que su casa, situada en Duma, en la Cisjordania ocupada, fuera atacada por colonos judíos israelíes. Los padres y el hermano de Ali también sufrieron quemaduras de segundo y tercer grado, y fueron trasladados al Hospital Rafedia, en Nablús.
Dos colonos extremistas fueron los responsables del ataque al hogar de los Dawabsheh; utilizaron cócteles Molotov. Más tarde se identificó a un colono como Amiram Ben-Uliel, de 21 años; y al otro, de 16 años, cuyo nombre no se pudo revelar por razones legales. Se cree que Ben-Uliel formaba parte de un movimiento conocido como la “juventud de la colina”, un grupo de colonos jóvenes que establecieron puestos avanzados ilegales en las colinas de la Cisjordania ocupada.
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El ataque se calificó como un incidente de “price-tag, un término utilizado para los ataques contra palestinos llevados a cabo como venganza por acciones del gobierno israelí que se consideran en contra de los colonos. Parece que el ataque contra la familia Dawabsheh fue una venganza por la demolición israelí de dos edificios en el asentamiento ilegal (incluso bajo las leyes israelíes) de Beit El, situado cerca de la carretera Ramalá-Nablús, a unas 11 millas de Duma. En la casa de los Dawabsheh se encontraron graffitis con las palabras “venganza”, “larga vida al mesías” y “sangre por sangre”.
Poco después del ataque, el 5 de agosto, las fuerzas de ocupación israelíes irrumpieron en el hogar de los Dawabsheh bajo el pretexto de llevar a cabo investigaciones sobre el incendio. El activista palestino Omar Dawabsheh contó a los medios que los soldados registraron la propiedad a primera hora de la mañana, confiscando algunas posesiones de la familia.
Tres días después, el 8 de agosto, el padre de Ali, Saad, que había sufrido graves quemaduras en el 80% de su cuerpo, murió debido a sus heridas. En septiembre, lo mismo sucedió con la madre de Ali, Riham. Los doctores del Centro Médico Sheba de Israel, donde Riham había pasado por un tratamiento, dijeron a la familia que “había dejado de responder a la medicina y a la restauración de la piel, y la mayoría de sus órganos habían dejado de funcionar.”
Inicialmente, personalidades importantes del establishment israelí se unieron para condenar el ataque. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, declaró que estaba “conmocionado por este acto deplorable y terrible”. El ministro de Educación israelí, Naftali Bennet, twitteó: “No es un crimen de odio ni una etiqueta de precio, es un asesinato. El terrorismo es terrorismo.”
El asesinato de la familia desató una ola de protestas en los territorios palestinos ocupados, que continuó a lo largo del otoño de 2015. Junto a los enfrentamientos en la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, se cree que el asesinato de los Dawabsheh motivó el recrudecimiento de las protestas y los apuñalamientos que dejaron cuatro víctimas israelíes y 14 palestinas.
Ahmed fue el único miembro de la familia que sobrevivió al ataque. Fue tratado en la unidad de ciudados intensivos del Hospital Tel HaShomer durante cinco meses, y fue sometido a un total de diez intervenciones quirúrgicas, incluidos injertos de piel. Casi un año después del ataque, en junio de 2016, pudimos ver a Ahmed con cicatrices en sus manos y en el lado derecho de su cara mientras asistía al Foro Mediático de Palestina en Estambul, Turquía, junto a su tío Nassr. Dos meses después, la condición de Ahmed empeoró y fue reingresado en el hospital. Permanece bajo la tutela de Nassr y de su abuelo, Hussein.
¿Qué pasó después?
En enero de 2016, Ben-Uriel y el menor de 16 años fueron acusados de provocar el incendio. Ben-Uliel se enfrentaba a tres cargos de asesinato, y el menor a cargos de conspirar para cometer un homicidio. Ben-Uliel admitió haber prendido fuego a la casa de los Dawabsheh y haber estado involucrado en otros tres ataques racistas en pueblos palestinos.
A pesar de su condena inicial, el 3 de mayo de 2017 Israel se negó a pagar una compensación a Ahmed y a la familia Dawabsheh. El parlamentario Yousef Jabareen exigió que el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, reconociera a los miembros de la familia Dawabsheh como víctimas de un acto terrorista y, por lo tanto, con derecho a una compensación. En un comunicado, Jabareen insistió en que “si estuviéramos hablando de colonos judíos heridos por palestinos, las víctimas recibirían automáticamente una compensación.” Lieberman respondió con una carta oficial a Jabareen en la que estableció que no se pagaría ninguna compensación.
El 11 de mayo de 2018, miembros de la extensa familia Dawabsheh sufrieron un segundo ataque incendiario. “Un grupo de colonos atacó mi casa al amanecer,” explicaba Yasser Dawabsheh, “rompieron una ventana y lanzaron un cóctel Molotov dentro antes de huir.” Los bomberos consiguieron controlar el fuego antes de que la casa ardiera.
El 21 de junio de 2018, un tribunal israelí rechazó la confesión del colono de 16 años. El tribunal determinó que había sido obtenida bajo coacción y que, por lo tanto, era inadmisible. Omar Khamaisi, abogado de la familia Dawabsheh, contó a MEMO que “el menor no fue acusado de asesinato, sino de planeamiento y conspiración. Sus confesiones y declaraciones referidas a los actos de venganza y de quemar y sabotear propiedades palestinas fueron aceptadas.” Mientras tanto, la confesión de Ben-Uliel se consideró admisible. El Times of Israel informó de que “los jueces han determinado que había pasado el tiempo suficiente entre el momento en el que fue torturado y su admisión del crimen.”
En julio de 2018, el Tribunal del Distrito Central de Israel ordenó que el menor fuera puesto en libertad bajo arresto domiciliario. Ben-Uliel sigue siendo investigado.
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