El primer ministro libanés Saad al-Hariri ha expresado públicamente su rechazo absoluto a visitar Siria y a encontrarse con el dirigente sirio Bashar al-Assad, incluso aunque fuera obligado por su cargo.
Leer: El FMI insta a Líbano a hacer cambios “inmediatos y sustanciales”
Hariri, tras sostener una reunión la noche pasada con la organización Katala Al-Mustaqbal (El Bloque del Futuro), ha afirmado que "es imposible que visite Siria, ni a corto plazo ni en el futuro e incluso aunque la situación se revertiera, y si en algún momento fuera imprescindible debido a los intereses del Líbano mandaría a otra persona que no sea yo”.
Hariri ha explicado que los problemas que se están encontrando a la hora de formar gobierno son creados artificialmente por parte de todos aquellos que intentan colocar obstáculos a su establecimiento. Respecto a quienes son esas personas, se ha negado a decir que el presidente de la República, el general Michel Aoun, sea el que esté exigiendo un gobierno en mayoría. Y ha incidido en que el único criterio para continuar avanzando es aumentar la participación ciudadana y lograr la reconciliación nacional.
También ha negado que la visita realizada por el ministro de Asuntos Exteriores del gobierno provisional y yerno del presidente de la República, Gibran Bassil, al presidente del Parlamento, Nabih Berri, se haya realizado debido a presiones sirias tras la polémica desatada cuando el primero describió al segundo como “baltaji” ("mercenario").
Durante la revolución egipcia eran llamados “baltaji” las fuerzas de choque pro-Mubarak que, armados de palos y armas de fuego, intentaron expulsar a los manifestantes de Tahrir.