Los palestinos de la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza eligieron a la formación política Hamás para dirigir la Autoridad Palestina en 2006. Ismail Haniyeh se convirtió en el primer ministro de acuerdo con la ley palestina y los resultados electorales, considerados “libres y justos” por los supervisores independientes, pero la comunidad internacional y los países de la región no aceptaron esto. En su lugar, se volvieron en contra de las normas democráticas aceptadas por el mundo. Desde entonces, la Franja de Gaza ha sufrido un aislamiento político y un bloqueo israelí que ha destruido todos los aspectos de la vida en el enclave.
Gaza también ha cargado con el mayor peso de las sucesivas ofensivas militares israelíes, con tres grandes ataques desde finales de 2008. En cada ocasión, varias iniciativas y esfuerzos políticos se movilizaron para acabar con el derramamiento de sangre.
De acuerdo con los datos disponibles y la diplomacia itinerante internacional hacia y desde Gaza, junto a filtraciones de los dirigentes de Hamás, la sugerencia gubernamental israelí de un acuerdo de alto al fuego de cinco etapas de un plazo concreto (de 5 a 10 años) está siendo discutida cin seriedad. Esta postura fue adoptada en una reunión sin precedentes por el departamento político de Hamás en Gaza por primera vez en 1987, ante la presencia de todos los miembros de la Mesa de dentro y fuera de Palestina, encabezado por Haniyeh, el jefe de Hamás, y su diputado Saleh al-Arouri, que dirige Hamás en el extranjero, y quien está entre los más buscados por las fuerzas de seguridad israelíes y las agencias de inteligencia. Al-Arouri está acusado de tener responsabilidad directa por las muertes de israelíes en represalia por el asesinato a manos de colonos extremistas de Mohammed Abu Khdeir a principios de julio de 2014. A su vez, este fue el pretexto para la “Operación Margen Protector” de Israel al mes siguiente. La ofensiva duró 52 días, durante los cuales 2.139 palestinos fueron asesinados, incluyendo 579 niños y 263 mujeres y más de 11.100 fueron heridos, incluyendo 3.374 niños.
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Fue un devastador ataque para el pueblo de Gaza; así como las víctimas humanas, las pérdidas económicas se estimaron en 4 mil millones de dólares, incluyendo las destrucciones de fábricas e infraestructuras vitales. Egipto negoció un alto al fuego entre Israel y Hamás, como parte de lo que se suponía que iba a disminuir el asedio que sufre Gaza. Cuatro años más tarde, Israel todavía no ha cumplido sus compromisos. No se ha producido una reconstrucción considerable de los daños y de los destrozos en casas o fábricas, no se han reabierto completamente los cruces fronterizos, y no se ha reparado la única central eléctrica de Gaza. El desempleo entre los graduados y la gente joven ha aumentado drásticamente. Había (y hay) una urgente necesidad de llevar a cabo esfuerzos para mejorar las condiciones de los palestinos en Gaza y salvar lo que pueda ser salvado.
A principios de este año, la propuesta para una pacífica “Gran Marcha de Retorno” a la frontera entre Gaza e Israel, planteada por primera vez en 2011, tuvo lugar e Israel se encontró acorralado. Las protestas comenzaron el 30 de marzo. Miles de palestinos se manifestaron con la intención de poner fin al asedio y a su derecho de volver a sus tierras y casas. Como está documentado, los francotiradores israelíes dispararon y mataron a más de 250 hombres, mujeres y niños e hirieron a más de 20.000. El uso de Israel de balas explosivas prohibidas en contra de protestantes desarmados ha dado como resultado palestinos con parálisis, pérdida de extremidades y otras lesiones que les han cambiado la vida. Israel se ha enfrentado de nuevo a críticas rotundas de todo el mundo. Su bloqueo de la Franja de Gaza es una vez más asunto de suma importancia para la agenda internacional. Hamás está de nuevo en el primer plano de las iniciativas políticas para acabar con el asedio. Las protestas de la Gran Marcha de Retorno se han convertido en problemáticas para Israel y deben cesar a todo coste.
La mayoría de la filtraciones intencionales se han hecho para preparar a la opinión pública palestina para un inminente acuerdo entre Hamás y las autoridades de la ocupación israelí. Los oficiales de inteligencia de Egipto son responsables de la Franja de Gaza y la carpeta de Hamás en El Cairo, dado que han representado un papel importante preparando y negociando un trato con el movimiento. Hay programada una reunión muy pronto en la delegación israelí que será dirigida por el primer ministro Benjamin Netanyahu, el cual canceló una visita oficial a Colombia para supervisar los detalles personalmente.Se espera que el acuerdo se suceda en cinco etapas:
- Un alto inmediato en el movimiento de los alambres de espino que separa la Franja de Gaza de Israel. Más exactamente, esto significa el cese de las protestas de la Gran Marcha de Retorno, el vuelo de cometas incendiarias desde Gaza a lo largo de la frontera, y todas las formas de resistencia pacífica para cesar el asedio de Gaza.
- La posibilidad de firmar un acuerdo de reconciliación bilateral entre Fatah y Hamás bajo los auspicios egipcios, que proveerá la reanudación de los pagos salariales a los empleados de la Autoridad Palestina en la Franja de Gaza, así como a aquellos contratados por Hamás. También, se propone que unas elecciones presidenciales y parlamentarias tengan lugar en seis meses a lo largo de los territorios palestinos ocupados.
- Negociaciones para el intercambio de prisioneros, incluyendo cuatro soldados israelíes capturados por Hamás en 2014, y la firma de un acuerdo de alto al fuego por un periodo de 5 a 10 años.
- Abrir el camino para árabes e inversiones financieras extranjeras en Gaza y comenzar el proceso de reconstrucción y reedificación de la infraestructura, así como el establecimiento de plantas de desalinización y una nueva central eléctrica en el Sinaí, o posiblemente en más lugares, junto con un puerto y un aeropuerto temporal en Egipto que sirva a los palestinos en Gaza.
- La iniciación de negociaciones completas en Jerusalén, fronteras fijas definitivas, los refugiados palestinos y resolver otros asuntos pendientes.
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Si la solución de un estado falla y la solución de dos estados lo hace igualmente, este acuerdo puede ser parte del “acuerdo del siglo” de Donald Trump, o un acuerdo de "tres estados". A primera vista, puede significar también que Hamás se está preparado para cambiar de una resistencia y un movimiento de liberación a una autoridad civil temporal a través de un periodo de tregua. Esto requeriría congelar su uso de armas y toda forma de resistencia frente a la ocupación israelí, incluyendo una resistencia pacífica, que pone a la organización en una difícil coyuntura. Fatah se ha negado hasta ahora a aceptar una reconciliación interna con Hamás en la Franja de Gaza. Al mismo tiempo, Hamás no quiere ceder algo a Fatah en Gaza sin una auténtica asociación basada en el principio de cuotas.
Al rechazar el documento de reconciliación egipcio para sanar la ruptura entre Hamás y Fatah, este último demandó condiciones imposibles, incluyendo el completo empoderamiento en Gaza y el completo control de Hamás en el enclave. En una declaración el pasado lunes, el escritor palestino Atef Abu Saif recordaba que cualquier negociación sobre la situación humanitaria en la Franja de Gaza será vista como la evasión de la causa nacional para dejar pasar “el acuerdo del siglo”, y que todos los rumores sobre la involucración directa o indirecta de Hamás en conversaciones con Israel y con el gobierno de Estados Unidos serán seriamente consideradas.
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De acuerdo con Abu Said, cualquiera de estas negociaciones con Hamás están fuera de la fisura interna palestina en un momento en donde los esfuerzos concertados están creciendo para frustrar el acuerdo de Trump de aislar Gaza y liquidar la causa nacional palestina. Los líderes de Fatah han llamado a Hamás “para tomar una posición clara y franca” en el trato. Éstos añadieron que cualquier diálogo y negociación sobre la situación humanitaria en la Franja de Gaza no es más que un fracaso que contribuye al avance del plan estadounidense sobre los derechos de los palestinos. “En lugar de mirar por un diálogo con Tel Aviv o Washington”, insistió Fatah, “Hamás tiene que parar la división entre Gaza y Cisjordania, y permitir que se celebren elecciones nacionales para que el pueblo de Palestina pueda tomar su decisión”.
¿Es Hamás un movimiento unido detrás del acuerdo? Si hay una oposición, cuánto, y quién está dirigiéndola dentro del departamento político? No lo sabemos con certeza, pero las filtraciones se refieren a una gran disputa interna sobre la naturaleza del acuerdo y sus términos.
¿Qué hay de la posición de los otros movimientos en Gaza, incluyendo el Frente Popular para la Liberación Palestina y la Yihad Islámica? Parece ser una coordinación tripartita entre esos dos movimientos y el liderazgo de Hamás.
Nadie puede negar que este acuerdo ha sido promovido bajo el asedio impuesto en Gaza, en el cual Fatah, la Autoridad Palestina bajo Mahmoud Abbas, y algunos estados árabes han tomado parte a fin de reclamar el control del territorio. Para muchos, esto supondrá un cambio en la causa palestina, de ser un asunto político pasará a uno humanitario, desde un acuerdo pacífico amplio a un trato económico pacífico transitorio, como la paz sugerida por Tony Blair, enviado del cuarteto de Medio Oriente, y el plan del anterior primer ministro Salam Fayyad de la Autoridad Palestina, que fue postulado en Cisjordania. Puede incluso emular el Acuerdo del Viernes Santo de Irlanda del Norte de 1998, que acabó en la lucha armada del Ejército Republicano Irlandés.
Los observadores de las serias condiciones en Gaza, y la falta de opiniones y agravantes en la situación humanitaria experimentada por los palestinos allí, saben que la probabilidades de éxito de tal acuerdo serán altas, debido al estatus de los principales partidarios, especialmente los movimientos de resistencia y el gobierno de Egipto, que controla el cruce de Rafah, así como Hamás y el gobierno israelí. Es el último, considero, el que tendrá la última palabra en la solución de la Franja de Gaza. Cualquier oposición de Fatah no será efectiva por la marginalización de Mahmoud Abbas y la tensa relación entre Estados Unidos y la Autoridad Palestina desde que Trump anunció la transferencia de la embajada estadounidense al Jerusalén ocupado y su reconocimiento de Israel como estado judío.Si con este acuerdo se pretende aliviar el sufrimiento de dos millones de personas en la Franja de Gaza bajo el asedio de más de diez años, el gobierno de Netanyahu será el mayor ganador, con una subida resultante en popularidad en las encuestas en tiempos críticos. A parte de eso, el gobierno israelí será capaz de persuadir otros países para transferir sus embajadas a Jerusalén y restaurar la imagen de Israel después de su excesivo uso de fuerza en contra de protestantes inocentes en la Gran Marcha de Retorno.
Este acuerdo, si fuese exitoso, podría ser la primera etapa de la implementación del acuerdo del siglo con otro nombre, con la completa exclusión de la Autoridad Palestina de Abbas y la no coordinación entre Fatah y Hamás. Los países de la región han representado un papel importante para avanzar en este acuerdo. Egipto ha mediado y ha abierto el cruce de Rafah, y está actuando como mediador entre el anterior dirigente de Fatah Mohammed Dahlan y Hamás. Qatar, mientras tanto, ha proporcionado apoyo financiero y ha sido el mediador entre el Movimiento de Resistencia Islámico y el gobierno israelí. Algunas de la filtraciones apuntan a la presencia de los principales individuos israelíes en Qatar para acordar la cantidad de financiación, y cómo hacerlo llegar hasta Gaza, además del proceso de reconstrucción, la central eléctrica, el puerto y el aeropuerto.
La solución de tres estados es lo que Israel quiere para Gaza y es por lo que la situación humanitaria de los palestinos en el territorio está siendo usada para separarla del territorio ocupado de Cisjordania como una entidad palestina. Este es el mayor acontecimiento de la historia de Palestina, con Hamás como el principal jugador después de que Fatah haya sido el eje durante 30 años y no haya conseguido nada de los israelíes. ¿Cometerá Hamás el mismo error? ¿Estamos de camino a una solución de tres estados, con una vuelta al estatus anterior a la Guerra de los Seis Días de 1967, con Egipto y Jordania en control de los palestinos en Gaza y Cisjordania respectivamente?
Tal escenario será diferente a las propuestas de un estado y dos estados, en el sentido de que la intención es dividir y gobernar a la gente de Palestina entre Israel, Jordania y Egipto, fragmentar su país más incluso y dar por perdido el proyecto nacional mientras se quedan enrollados en disputas territoriales que no están relacionadas con la causa palestina. La alternativa, por otra parte, puede ser otra ofensiva destructiva israelí en contra de los civiles en Gaza. Sin embargo, esto deberá ser una llamada de atención a los palestinos para unirse en contra de tales planes divisivos impuestos desde fuera.
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