Un antiguo primer ministro israelí ha tachado de “fascistas” a altos cargos del gobierno de su país. En una feroz batalla dialéctica, Ehud Barak, que también sirvió durante cuatro años como ministro de defensa de Benyamin Netanyahu, intercambió pullas con la ministra de justicia Ayelet Shaked.
Barak atacó a Shaked y a su partido, señalando que Hogar Judío –que forma parte de la coalición de gobierno- está liderado por hombres y mujeres “racistas y mesiánicos”. También hizo referencia al influyente rabino Dov Lior, un supremacista judío que justifica la destrucción completa de Gaza basándose en las escrituras judías.
Barak acusó de fascistas a varios ministros durante una intervención en un programa radiofónico, después de que Shaked advirtiera de que si el Tribunal Supremo anulaba la “Ley del Estado-Nación” esto desataría una guerra entre las diferentes autoridades.
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“Ayelet Shaked es como un niño pequeño que se esconde debajo de la almohada y piensa que nadie le ve. Esta joven ministra posee una ignorancia increíble. Cualquiera que amenace al Tribunal Supremo es un ignorante o un proto-fascista,” sentenció Barak.
Al ataque a Shaked le siguió una condena contra su partido: “La visión de Hogar Judío y de los hombres y mujeres que lo lideran es racista y mesiánica. Sus rabinos Lior y Ginsburgh, que son fuente de inspiración para el asesino de Rabin y los asesinos de la familia Dawabsha, amenazan el futuro del sionismo”.
Shaked replicó burlándose de Barak y reafirmándose en su postura de que “la legislación se promulga en la Knesset a través de una mayoría democrática, no acudiendo al Tribunal Supremo”.
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“Con toda certeza, la Ley de la Nacionalidad no va a ser descalificada por el Tribunal Supremo,” afirmó, añadiendo que el Tribunal Supremo no tiene la autoridad para derogar leyes fundamentales.
Tras haber sido aprobada por la Knesset, la “ley del estado-nación” ha sido objeto de virulentas críticas. Sus detractores consideran que supone la institucionalización del apartheid en Israel.