El presidente del Congreso Global Judío (WJC por sus siglas en inglés), Ronald S. Lauder, ha advertido al gobierno israelí del impacto que puedan tener sus “acciones destructivas” sobre la relación del estado con la diáspora judía.
En un artículo de opinión publicado en el New York Times, Lauder insta “al gobierno de Israel a escuchar a las voces de protesta e indignación que se oyen en Israel y en todo el mundo judío”. En particular, Lauder se refiere a la decisión tomada el año pasado de retirarse “de un acuerdo que hubiera creado una zona de oración igualitaria en el Muro Occidental y de proponer una estricta ley de conversiones que perjudica los derechos de los judíos no ortodoxos”.
El presidente del WJC también señala algunas medidas aprobadas este año, incluida una ley que niega “los mismos derechos a las parejas del mismo sexo” y la ley del estado-nación, una legislación que podría tener “graves repercusiones nacionales e internacionales”.
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“El mes pasado, un rabino conservador fue detenido por el supuesto delito de celebrar una boda no ortodoxa en Israel,” continúa Lauder. “En varios municipios, ha habido intentos de obstaculizar la vida secular, cerrando las tiendas que normalmente abren en Sabbath”.
Según Lauder, muchos judíos ahora “se preguntan si la nación a la que aman está perdiendo el rumbo”.
“Hoy el principal desafío al que se enfrenta la diáspora judía es una profunda brecha generacional, que se está ahondando aún más,” escribe.
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“En todo el mundo, y en particular en América del Norte, los millennials judíos se están planteando dudas que sus padres y abuelos nunca plantearon. Su compromiso con Israel y con las instituciones judías no es incondicional”.
“De continuar las tendencias actuales,” advierte Lauder, “es posible que los jóvenes judíos (…) no se opongan al movimiento por el Boicot, la Desinversión y las Sanciones, que no apoyen a Israel en Washington y que deje de existir la retaguardia estratégica que Israel tanto necesita”.
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