A pesar de la derrota, entre 20.000 y 30.000 combatientes extranjeros del Daesh continúan luchando en Siria e Irak, según un nuevo informe de Naciones Unidas.
Es probable que los combatientes estén distribuidos a partes iguales entre ambos países, según transmitieron a la ONU las autoridades de las naciones interesadas. “Entre ellos sigue existiendo un componente significativo de muchos miles de terroristas extranjeros en activo,” advierte el informe.
En Siria, el Daesh aún es capaz de “escalar ataques”, y, a pesar de que “no controla por completo ningún territorio en Irak, permanece activo en la forma de células durmientes”.
Siria se ha visto arrasada por una atroz guerra civil desde principios de 2011, cuando el régimen del presidente Bashar Al-Assad reprimió con dureza a los manifestantes que exigían más democracia. Desde entonces, más de 250.000 personas han perdido la vida y más de 10 millones se han visto obligados a abandonar sus hogares, según la ONU.
El Daesh se autodenomina “Estado Islámico” y reivindica la creación de un nuevo “califato”. A finales de 2014 comenzó a expandirse, atrayendo a numerosos combatientes extranjeros. Después de que la organización perpetrara asesinatos y torturas atroces, y crímenes de guerra contra minorías, una coalición dirigida por EE.UU. en la que participaron 77 países comenzó una ofensiva contra el grupo.
A finales de 2017, el sueño del Daesh de formar un estado se vino abajo. Sus combatientes permanecen repartidos por varios enclaves en Siria e Irak, rodeados por milicias rivales respaldadas por potencias internacionales.
El fenómeno de los combatientes extranjeros
El número de combatientes extranjeros que desertan del Daesh “permanece por debajo de lo esperado”, según la ONU. Entretanto no ha emergido otro conflicto que pudiera atraer a los combatientes, aunque entre 3.500 y 4.500 han marchado a Afganistán y a Yemen. En este último país su presencia sin embargo es relativamente débil, con unos 500 combatientes frente a los más de 7.000 de Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP).
Las Fuerzas Sirias Democráticas (SDF), que cuentan con el respaldo de EE.UU., tienen detenidos en la actualidad a unos 600 combatientes extranjeros. Según fuentes del ejército estadounidense, unos 40 combatientes proceden de Rusia, mientras que Alemania y Francia están representados por una docena respectivamente.
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El Grupo Soufan, una agencia de inteligencia estratégica creada por antiguos agentes del FBI, apunta sin embargo que algunos combatientes extranjeros van a ser devueltos a sus países de origen. “Las SDF no son la respuesta adecuada a las necesidad de detener, juzgar, y determinar el curso de acción apropiado en lo que se refiere a los aproximadamente 600 combatientes extranjeros que permanecen detenidos en el norte de Siria,” señalaba el grupo en un informe.
“Las SDF son un actor no estatal que no es capaz de garantizar juicios justos en el marco de un sistema judicial establecido y de pronunciar veredictos y sentencias apropiados,” agregan. EE.UU. continúa experimentando consecuencias negativas tras el uso de medidas extrajudiciales en la lucha contra el terrorismo, como por ejemplo Guantánamo o los asesinatos selectivos con drones.
Los países de origen de los combatientes, sin embargo, se muestran reacios a repatriarlos, y algunos han optado por métodos letales para acabar con ellos en combate.
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