Tres años antes de que Canadá publicara un tuit que sembró la discordia con Arabia Saudí, el país norteamericano ya había pedido en otra ocasión la liberación de activistas por los derechos humanos.
El entonces ministro de exteriores Stephane Dion se reunió en secreto con su homólogo saudí Adel Al-Jubeir el 15 de diciembre de 2015, y solicitó la liberación del bloguero Raif Badawi. Éste había sido condenado en 2012 a 10 años de cárcel por promover el laicismo, la democracia y los derechos humanos a través de su blog.
Este encuentro demuestra que en el pasado Canadá ha utilizado discretamente la diplomacia, frente a las críticas de que el gobierno de Justin Trudeau cometió un error al pedir la liberación en público a través de Twitter.
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Las autoridades saudíes consideraron que el tuit canadiense se entrometía en cuestiones domésticas y reaccionaron con furia. Expulsaron del reino al embajador canadiense, ordenaron el regreso del enviado saudí y paralizaron las relaciones comerciales entre ambos países. Además, instaron a los 16.0000 estudiantes y médicos saudíes que se encuentran en Canadá que regresaran a casa.
La discordia por el momento continúa, y a principios de mes la cadena nacional de televisión saudí, Al Arabiya, transmitió un vídeo con informaciones incorrectas para dañar la imagen de Canadá.
En el reportaje se afirmaba que las mujeres canadienses reciben un trato peor que en ningún otro país, y que se trata de la nación con la tasa de suicidios más elevada del mundo; ninguna de las dos afirmaciones se corresponde con la realidad.
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El vídeo también aseguraba que Canadá trata a sus pueblos indígenas de la misma manera que los Rohingya son tratados en Myanmar –una situación que la ONU ha calificado de “limpieza étnica”-.
En relación con los derechos humanos, el reportaje sostiene que las autoridades canadienses han detenido a ciudadanos por expresar su opinión, y que ha encarcelado por este motivo a individuos que no habían cometido ningún acto de violencia.
Uno de los supuestos “presos de conciencia” sería Jordan Peterson, un profesor de la Universidad de Toronto que ha saltado a la fama tras la publicación de su controvertido libro “12 reglas para la vida”. Sin embargo, Peterson jamás ha sido detenido, y continúa dando clase.
El gobierno canadiense no ha reaccionado ante el vídeo de Al Arabiya, pero ha anunciado que no tomará represalias ante las medidas de Arabia Saudí. La monarquía ha exigido que Canadá pida disculpas por su “gran error”. El primer ministro Justin Trudeau sin embargo respondió que Canadá no pediría disculpas por defender los valores canadienses y los derechos humanos, incluso si esto irritaba a uno de sus aliados.
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