La sierra de Albarracín es un sistema montañoso situado entre tres comunidades autónomas del Estado español; Aragón, Castilla la Mancha y la Comunidad Valenciana. Esta sierra de la cordillera ibérica es uno de los puntos de la península con mayor número de manatiales. Es aquí donde nace el río Tajo que atraviesa casi toda la península y desemboca en el Océano Atlántico.
De esta comarca lo que más nos llama la atención es su nombre -Albarracín-, de indudable origen arabo-andalusí. Efectivamente, si acudimos a las fuentes históricas encontramos la llamada Taifa de Albarracín, que debe su nombre a la familia que la gobernó, los Banu Razín.
En esta comarca hay un pequeño pueblo llamado Gea de Albarracín cuya población actual no llega a los 400 habitantes. No obstante, no siempre ha sido su censo tan humilde, pues antes de la expulsión de la población morisca en el año 1610 se trataba de una próspera localidad, venida a pique tras la expulsión ordenada desde las cortes europeas, que echó de sus casas a casi el 80% de la población geana.
La expulsión de gran parte de la población debido a su confesión y a su sospechosa conversión al cristianismo supuso un cambio importante en la economía del pueblo, así como en su papel regional en los años posteriores a la expulsión.
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Los vecinos y vecinas del pueblo celebran cada año las fiestas populares a mediados del mes de agosto. Esta semana además de orquesta, verbena, corridas y encierro de toros incluye también una recreación de la tragedia acontecida hace más de 400 años.
Entre las actividades teatrales se representa no sólo la expulsión sino también la subata en la que se vendieron las pertenencias y posesiones de la población expulsada; así como la invasión de los Tercios de Flandes que fueron los encargados de ejecutar la masacre cultural y económica del pueblo.
Para no olvidar lo que fueron y además recordar la importacia de ser una sociedad inclusiva y diversa, este recuerdo a los geanos y geanas despojados de su vida en su pueblo natal es crucial.
Así mismo y en el marco de esta conmemoración se ha desarrollado otras actividades paralelas como el desfile de trajes y otros enseres medievales que cada año, desde hace más o menos una década, se han confeccionado para la ocasión.
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Es interesante resaltar estos pequeños homenajes a nuestros abuelos y abuelas que no fueron capaces de huir de la hoguera ni las galeras del Santo Oficio y el extremismo religioso cristiano con denominación de origen europea. Además, contrasta este reconocimiento orgulloso del pasado andalusí que tiene el pueblo de Gea de Albarracín con actos llenos de odio y sinvergoncería como los que cada año se celebran el 2 de enero en Granada, donde hasta las autoridades locales se vanaglorian del genocidio al pueblo nazarí.
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¡Felices fiesta Gea de Albarracín por mucho años de convivencia y respeto a la diversidad!