“La familia real británica ha sido históricamente considerada una de las familias más ricas del mundo, con una fortuna estimada en 88.000 millones de dólares, pero el título pasa ahora al régimen saudí.” Con este encabezado comenzaba un documental de la emisora de TV CNBC sobre la comparación entre las riquezas de las dos familias reales de Gran Bretaña y Arabia Saudí.
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El documental explica que, a pesar del gran volumen de riqueza de la familia real británica, esta se halla todavía muy lejos de ostentar el título de ser la familia más rica del mundo. Y establece una comparativa con la familia real saudí.
Esta incluye a unas 15.000 personas, pero la mayor parte de la riqueza se concentra en manos de unas 2.000 de ellas. Entre estas atesoran una riqueza de alrededor de 1.4 trillones de dólares. Esta cantidad multiplica por 16 veces la que atesora la familia británica.
El reportaje desgrana también cómo la extensa familia real saudí no es sólo conocida por sus riquezas sino también por sus conductas y gastos extravagantes. Estos reflejan un estilo de vida opulento en el que abundan los jets privados, helicópteros de primera clase, yates de lujo, palacios de lujo, playas arenosas, y adornos de oro hasta en las personas encargadas de suministrar el papel higiénico.
La familia real saudí utiliza parte de esas riquezas en ayudar a personas necesitadas a través de organizaciones benéficas y en realizar inversiones en el Estado saudí.
El reportaje recuerda también que las riquezas de los Saud tienen su origen en las enormes reservas de petróleo descubiertas hace más de 75 años en tiempos del reinado del difunto rey Abdulaziz Al Saud.
Cuantificando estas riquezas el reportaje añade: "El valor de la compañía nacional de gas natural y petróleo Aramco, de propiedad estatal, se estimaría en más de 2 billones de dólares. Si esta estimación fuera cierta sería una de las mayores compañías petroleras en el mundo."
El reportaje señala que uno de los miembros más ricos de la familia es, como se podía esperar actual rey del país, Salman bin Abdul Aziz. Este sucedió a su difunto hermano Abdullah en 2015 y los informes indican el monarca, que tiene 82 años de edad, ha entregado gran parte de la responsabilidad de dirigir el país a su hijo y príncipe heredero Mohammed bin Salman, de 32 años.
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El príncipe heredero ha obligado a muchos de entre los más adinerados del reino, algunos de sus familiares incluidos, a entregarle sus riquezas en el marco de su proyecto de “la lucha contra la corrupción”. Como resultado, diez multimillonarios saudíes han sido eliminados de la lista anual de multimillonarios del mundo que publica anualmente la revista Forbes.
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El gobierno de Arabia Saudí asegura que ha recuperado más de 100.000 millones de dólares en el transcurso de esta campaña anticorrupción, pero esta cifra es imposible de verificar.
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