La población residente de la capital sudanesa, Jartum, lleva las últimas semanas expresando su malestar por la escasez de pan y las largas colas en los establecimientos para obtener este alimento de primera necesidad.
Según la agencia de noticias France Presse, las panificadoras y panaderías atribuyen la crisis actual a que no reciben las cuotas necesarias de harina, hecho que les ha forzado a reducir la producción.
Esta reducción de la producción ha provocado a su vez que cada panadería pueda sólo vender veinte piezas por persona, cada una con un peso de 70 gramos. Según los consumidores de la capital esto es a todas luces insuficiente.
Leer: El papel del FMI en las protestas sudanesas por el pan
Una fuente gubernamental que ha pedido mantener el anonimato ha explicado que "muchos molinos han detenido su producción debido a que el Gobierno no ha cumplido con los compromisos financieros y pagos con ellos acordados."
Sudán ya fue víctima de una grave crisis del pan en enero de este año, en aquella ocasión como resultado del aumento del precio de la harina, que está subvencionada por el Gobierno.
Según las estadísticas oficiales Sudán consume 2,5 millones de toneladas de trigo al año. La economía sudanesa está experimentando un aumento desbocado en la tasa de inflación, que según las estadísticas oficiales fue en julio pasado de alrededor del 64%.