El director del Centro de Estudios de los Presos Raafat Hamduna ha denunciado que a cerca de 300 menores palestinos encerrados en las cárceles israelíes, entre los que se incluyen 3 niñas menores de edad, se les ha impedido dirigirse e integrarse en las escuelas para iniciar el nuevo curso del año escolar 2018-2019, que comenzó en Palestina el lunes pasado.
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Hamduna ha explicado en un comunicado de prensa que la Dirección de Prisiones de Israel y el Gobierno israelí han obviado la particular situación de estos menores presos y desdeñado sus derechos establecidos y fijados por los acuerdos y convenciones internacionales y el derecho humanitario internacional.
Hamduna ha llamado a las organizaciones de Derechos Humanos especializadas en la defensa de la infancia a seguir y vigilar la situación de los menores detenidos en cárceles israelíes, y a hacer presión sobre la ocupación con el fin de asegurar su libertad y su inscripción en las escuelas de forma que puedan recibir la educación a la que tienen el mismo derecho que todos los menores del mundo.
Ha celebrado por otra parte que, mientras a estos 300 menores se les ha impedido acudir a la escuela, alrededor de 1.300.000 menores se dirigieron a sus escuelas el pasado lunes 27 de Agosto para comenzar el curso escolar en todo el Estado Palestino.
Hamduna ha añadido a su denuncia que las autoridades de la ocupación cometen en los territorios ocupados contra los menores decenas de formas de violencia física y psicológica. Entre estas se cuentan la tortura, la explotación de las debilidades de los menores, diversas formas de presión, tortura y amenazas, la intimidación con perros, el uso de métodos de extorsión ilegales como las falsas promesas, los tratos crueles, presentarles ante tribunales militares como forma de disuasión y de buscar que se comporten de forma desleal para con su entorno, estados de incomunicación y aislamiento, el uso de la fuerza y el acoso, la detención en lugares no adecuados para ellos, e inspecciones personales con el ánimo de hostigar a los menores.
De igual modo ha recordado que todos estos malos tratos a los que se somete a los menores son intolerables y constituyen una violación de todos los tratados y convenciones internacionales que garantizan la protección de los menores y garantizan su derecho a la integridad física, psicológica y afectiva, así como el derecho a la educación y a poder comunicarse en libertad con sus familias y allegados. Y ha exigido que sean tratados como los menores que son, manteniéndoles alejados de la política de intimidación de la ocupación que tiene como objetivo la destrucción de la infancia palestina y provoca terribles efectos en su salud física, psicológica y en sus relaciones sociales.
Hamduna ha llamado también a las organizaciones de derechos humanos especializadas en la defensa de la infancia a escuchar los testimonios de estos menores encerrados en cárceles israelíes, a brindarles la protección que merecen, y a obligar a la ocupación a rendir cuentas por estos crímenes cometidos contra sus legítimos derechos.