A día de hoy, hay muchas figuras clave en el escenario político internacional y regional que contribuyen a la liquidación de la causa palestina. Existe un consenso de que el momento actual que vivimos es uno de los más difíciles para nosotros como palestinos en la historia de nuestra causa de lucha contra el ocupante.
Si nos fijamos en lo que sucede a nuestro alrededor, podemos ver claramente cómo los actores regionales e internacionales liderados por Estados Unidos, y bajo la influencia de la visión e instrucción política de Israel, trabajan juntos con el objetivo específico de erradicar el problema que volvió locos a la mayoría de los líderes de los países durante décadas. Dicho de otra forma, la causa se ha convertido en un limón en un exprimidor, al que presionan desde todos lados para vacíar por completo su contenido.
La verdad es que hay cuatro elementos integrados que van de la mano entre sí, y no creo que ninguno fuera presentado antes o después de otro por coincidencia o aleatoriamente. Quien determinó estos elementos quiere la fruta que acabará cosechando, es decir, 'un pueblo sin causa' o un problema de asuntos humanitarios y de estilo de vida para un grupo de personas, ni más, ni menos. Los elementos son los siguientes:
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En primer lugar, la comunidad internacional, ya esté activa o en silencio, está comandada por Estados Unidos, que está en vías de poner fin a los principales problemas pendientes o, como los llaman los políticos, los 'problemas de estatus final'. Después de que el presidente Trump sacara el problema de Jerusalén de la mesa de negociaciones dado el silencio y la timidez árabe, musulmana e incluso palestina, llegó la hora de acabar con el problema de los refugiados, suspendiendo las ayudas estadounidenses a la UNRWA. EE.UU. es considerado el mayor contribuyente al presupuesto de la UNRWA, ya que solía proporcionar 360 millones de dólares, lo que equivalía a un tercio del presupuesto de la agencia, de 1.300 millones en total. Esto significa que muchos de los cinco millones de refugiados palestinos verán retirado su estatus como refugiados, para así limitarlos a unos pocos miles. Además, esto se considera como un indicador de que se vivirá una verdadera catástrofe en los territorios palestinos, representada por el cierre de escuelas y clínicas sanitarias, así como por el despido de miles de trabajadores.
En segundo lugar encontramos la estrategia de presionar a la Franja de Gaza como un intento viejo de arrebatar las armas a la resistencia sin ofrecer nada a cambio. Tras no conseguir este objetivo durante la guerra del verano de 2014, Israel recurrió a varios medios y métodos, pero no sé qué beneficios conseguirían si esto sucediera.
Tercero; el Estado colono en Cisjordania, que perpetra violaciones y confiscaciones diarias a manos de quienes dirigen el proyecto de asentamientos, expulsando a los habitantes de pueblos adyacentes a los asentamientos de sus hogares. Además, sus casas son demolidas bajo el pretexto de una falta de permiso que lleva años obtener. Para colmo, los arreglos internos en las filas de los colonos tienen como objetivo celebrar relaciones en los asentamientos que coincidan con las elecciones municipales de las ciudades ocupadas, lo que significaría que los asentamientos tienen los mismos y más derechos y que, por lo tanto, Cisjordania no es distinta de Tel Aviv o Haifa, y que podría ser incluso más importante.
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En cuarto lugar, la política israelí de eludir el papel funcional de la AP. Aunque relacionada con las cuestiones anteriores, la he destacado por su importancia, debido al contacto directo con la población palestina a través del Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios. Este contacto incluye la retirada de la prohibición de seguridad y de desplazamiento, citaciones diarias y actos similares que preteneden blanquear la imagen de la ocupación en las mentes palestinas y convertirla en algo deseable, sobre todo después de que la división palestina haya llegado a un nivel sin precedentes.
Como conclusión, ahora es imperativo para los líderes oficiales, civiles y de los partidos políticos de Palestina encuentren la forma de hacer frente a estos factores que están destruyendo la causa palestina. También deben trabajar para reforzar genuinamente los factores de la constancia del pueblo palestino, empezando por levantar las sanciones impuestas sobre la Franja de Gaza y lograr la unidad nacional. Además, deben determinar una postura colectiva general en las negociaciones, cuyos objetivos, tras todas estas concesiones, ya no están vigentes.
Este artículo fue publicado en árabe en el Centro de Información Palestina el 2 de septiembre de 2018.
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