El secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo anunció el miércoles que ha asegurado ante el Congreso que Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos se están esforzando por reducir el número de víctimas civiles en Yemen.
Sin estas garantías por parte de Pompeo, el Congreso hubiera restringido el apoyo logístico prestado a la coalición dirigida por Arabia Saudí en sus bombardeos contra los rebeldes hutíes.
La decisión de Pompeo fue criticada por quienes se oponen a la intervención saudí, denunciada incluso por los aliados occidentales de aquel país, dado el elevado número de víctimas civiles.
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Más de 10.000 personas han muerto ya durante los tres años de un conflicto en el que los rivales regionales Arabia Saudí e Irán se enfrentan sobre suelo yemení.
Pompeo sin embargo declaró ante el Congreso que “los Gobiernos de Arabia Saudí y de los Emiratos Árabes Unidos están emprendiendo acciones demostrables para reducir el riesgo de causar daños a civiles y a infraestructuras civiles durante sus operaciones militares”. El secretario de Estado no proporcionó sin embargo detalles sobre las medidas en cuestión.
El mes pasado, Arabia Saudí bombardeó un autobús escolar causando la muerte de 40 niños.
“La certificación de Pompeo es una farsa. Los saudíes bombardearon deliberadamente un autobús lleno de niños. Sólo existe una respuesta moral, que es poner fin a nuestro apoyo a su intervención en Yemen,” escribió en su cuenta de Twitter el congresista demócrata Ro Khanna.
Sin las garantías proporcionadas por Pompeo, los aviones estadounidenses hubieran dejado de permitir el repostaje en vuelo de los cazas de la coalición, excepto cuando estuvieran atacando posiciones de Al-Qaeda o el Estado Islámico. Otras excepciones hubieran sido el empleo por parte de los hutíes de misiles balísticos, o la necesidad de proteger las unidades militares de EE.UU. o a barcos mercantes.
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El secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, manifestó por su parte que respaldaba la posición de Pompeo.
Arabia Saudí dirige una alianza de estados musulmanes suníes cuyo fin es reinstaurar en el poder al Gobierno del presidente Abd-Rabbu Mansur Hadi, expulsado de la capital de Yemen en 2015 por las milicias hutíes alineadas con Irán.
La semana pasada, un intento de comenzar conversaciones paz con la mediación de la ONU en Ginebra fracasó estrepitosamente, después de que la delegación hutí no se presentara por motivos poco claros.
EE.UU. y otras potencias occidentales proporcionan armas e información a la alianza. Numerosas organizaciones de derechos humanos les han criticado por ello, puesto que los bombardeos de la coalición han matado a cientos de civiles en hospitales, escuelas y mercados.
“La coalición ha prometido una y otra vez poner fin a estos ataques ilegales, investigarlos de forma creíble, indemnizar a las víctimas civiles. Pero en lugar de eso ha seguido bombardeando bodas, viviendas, mercados, y un autobús lleno de niños hace tan sólo un mes,” denunció Kristine Beckerle de Human Rights Watch.
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