El líder de la organización libanesa Hezbolá, uno de los aliados clave del régimen sirio, anunció ayer que sus milicias mantendrían por el momento su presencia en Siria. Al mismo tiempo, Hasán Nasralá elogió el acuerdo entre Rusia y Turquía con respecto a la región de Idlib como un paso importante hacia una solución política.
El número de combatientes desplegados en Siria por la poderosa milicia chií se verá reducido, reveló por otra parte el líder de la agrupación, puesto que los frentes abiertos en el conflicto sirio se han calmado en los últimos meses.
“Nos quedaremos allí [en Siria], incluso después del acuerdo de Idlib. Nuestra presencia está vinculada a la necesidad y al consentimiento del Gobierno sirio,” justificó durante un discurso televisado dirigido a cientos de seguidores en el sur de Beirut, en vísperas de la celebración anual de la festividad religiosa de la Ashura.
“La tranquilidad en los frentes y la menor cantidad de amenazas por supuesto afectará al número actual [de combatientes desplegados],” añadió. “Siria está en camino hacia una gran calma”.
La Ashura es el día sagrado más importante del calendario chií, y conmemora el martirio de Hussein, un nieto del profeta Mahoma.
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Durante los siete años de guerra civil en Siria, Hezbolá ha proporcionado un apoyo crucial al ejército del régimen, ayudándole a recuperar amplias partes del país. “Nos quedaremos allí por el momento,” remachó Nasralá.
El líder también alabó los futos de la diplomacia iraní, rusa y turca a la hora de evitar una ofensiva militar contra Idlib, que podría haber conducido a una catástrofe humanitaria.
El lunes, Rusia y Turquía acordaron descartar una solución militar para la región de Idlib, el último gran bastión de los rebeldes islamistas en Siria. En lugar de ello, se implementará una nueva zona desmilitarizada de la que los rebeldes “radicales” tendrán que retirarse a más tardar a mediados del mes que viene.
“El resultado es bueno y razonable, pero depende de que sea implementado,” apuntó Nasralá, describiendo el acuerdo como un paso más hacia la solución política del conflicto.
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