Francia, Portugal y España cerraron el martes un acuerdo para acoger a los migrantes al bordo del barco de rescate Aquarius, después de que el Gobierno italiano se negara a permitir que la embarcación atracase en sus costas.
El ministro portugués del Interior, quien anunció el acuerdo, adelantó que Portugal se haría cargo de 10 de los 58 migrantes, como parte de una “respuesta solidaria al flujo de migrantes que trata de alcanzar Europa cruzando el Mediterráneo”.
Las autoridades maltesas, por su parte, anunciaron que los migrantes serían trasladados a un barco patrulla en aguas internacionales y transportados a la isla, desde donde serían repartidos entre cuatro miembros de la Unión Europea.
De momento queda por saber cuántos migrantes acogerán Francia y España y cuál es el cuarto país europeo que ha aceptado participar en la operación de acogida.
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“Malta y Francia una vez más dan un paso adelante para solucionar el impasse migratorio,” escribió en Twitter el primer ministro maltés Joseph Muscat, añadiendo que, junto con el presidente francés Emannuel Macron y otros líderes europeos, querían demostrar que un enfoque multilateral es posible.
El domingo Matteo Salvini, el ministro del Interior italiano procedente de la derecha populista, advirtió que el Aquarius había obstaculizado la labor de la guardia costera libia y que los puertos italianos permanecerían cerrados para el barco de salvamento.
En muchos países europeos, la incertidumbre tras la llegada de cientos de miles de migrantes en los últimos años ha empujado a parte del electorado hacia los partidos de extrema derecha. En Italia, una coalición anti-establishment se hizo con el poder este año aupada por su discurso populista.
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Este martes, Francia admitió que no estaba dispuesta a permitir que el Aquarius atracase en Marsella, tal y como pedían las ONGs que operan el barco, señalando que una solución europea vinculada a Malta, el puerto más cercano, estaba en camino.
“Por el momento es un No,” contestó el ministro de Finanzas Bruno Le Maire a la pregunta de si París estaba dispuesta a responder de forma positiva a la petición del Aquarius para encaminarse a Marsella. Le Maire apuntó que los barcos de salvamento deben atracar en el puerto más cercano, según la normativa europea, y que éste no era el caso de Marsella.
“Estamos trabajando en una solución europea, como ya hemos hecho con anterioridad,” apostillaron fuentes de la oficina del Presidente.
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En agosto, Francia y Malta acordaron permitir que el Aquarius atracara en el puerto de La Valeta después de que Francia, Alemania, Luxemburgo, Portugal y España aceptaran acoger a los migrantes a bordo, poniendo fin a una disputa de cinco días entre los diversos países europeos.
El Aquarius 2 es uno de los pocos barcos de salvamento marítimo operados por ONGs que aún navega el Mediterráneo recogiendo a los migrantes que tratan de alcanzar Europa a bordo de embarcaciones con frecuencia muy inseguras.
El lunes las autoridades panameñas revocaron la registración del Aquarius, lo que implica que una vez que toque puerto se le retirará la bandera bajo la que navega. No obtendrá permiso para abandonar el puerto a no ser que obtenga un nuevo registro.