Los combates en Trípoli han cesado por el momento, según anunció el martes la Dirección de Seguridad de la capital libia. Con ello, llega a su fin un mes de fieros enfrentamientos en el que han perdido la vida al menos 115 personas, y otras 560 han resultado heridas.
Ayer se difundió la noticia de que la Brigada Al-Smoud de Misrata, dirigida por el antiguo comandante de la operación Amanecer Libio Salah Badi, se había retirado de Naqliyia, cerca de la Carretera del Aeropuerto. La Séptima Brigada de la ciudad de Tarhuna emuló a sus enemigos retirándose también de sus posiciones.
El lunes por la noche las milicias firmaron un acuerdo de reconciliación en los distritos de Tajoura y Souq Al-Jomaá, intercambiando prisioneros para allanar el camino al fin de los enfrentamientos. Ayer estaba prevista la firma de otro alto el fuego con la ciudad de Tarhuna, con el fin de garantizar una paz duradera en la capital.
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Tras difundirse la noticia del alto el fuego, las fuerzas de seguridad retiraron las barricadas de las zonas en las que se habían producido los combates y dieron permiso para que miles de familias desplazadas volvieran a sus hogares. Los enfrentamientos habían expulsado de sus casas a unas 25.000 personas, la mitad de ellas niños, según el Fondo de Emergencia para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF).
Los combates entre la Séptima Brigada de la ciudad de Tarhuna y dos milicias de la capital, las Brigadas de los Revolucionarios de Trípoli y los Nawasi, fueron desencadenados a finales de agosto por una disputa sobre la distribución de recursos. Otras facciones fueron implicándose en el conflicto, lo que resultó en cientos de heridos y en la clausura provisional del único aeropuerto que está operativo en la capital.
La misión de la ONU en Libia logró negociar un alto el fuego, pero las tensiones persistieron, y la semana pasada las milicias enfrentadas reanudaron los combates.
El país se ha visto envuelto en la inestabilidad crónica y la violencia desde 2011, cuando una revuelta popular apoyada por una intervención extranjera acabaron con la dictadura de Muammar Gaddafi.
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En 2014, el país se vio dividido entre dos bandos rivales. En el este emergió la figura del general Jalifa Haftar, alineado con un gobierno y un parlamento regionales, en oposición al gobierno reconocido internacionalmente con sede en Trípoli, la capital occidental. Las milicias han aprovechado la falta de control por parte de las fuerzas del estado, con lo que los enfrentamientos súbitos se han vuelto comunes en muchos distritos.
En mayo, los diferentes bandos acordaron la celebración de elecciones el próximo 10 de diciembre, y la ONU está tratando de estabilizar el país de cara a la campaña electoral. A pesar de que no existen garantías de que el alto el fuego en Trípoli sea definitivo, el presidente francés Emmanuel Macron aprovechó una intervención en la Asamblea General de la ONU en Nueva York para hacer hincapié en la importancia de las elecciones para lograr la estabilidad a largo plazo.
“Es lo único que puede acelerar el camino hacia una solución duradera,” manifestó Macron. “El estatus quo sólo está beneficiando a los traficantes y a los terroristas”.
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