Al disparar varios misiles balísticos de mediano alcance contra objetivos cercanos a zonas controladas por EEUU en el este de Siria, Irán se acerca a las “líneas rojas estadounidenses” sin llegar a cruzarlas. Esto sólo puede considerarse una intensificación de las “reacciones” iraníes a las “acciones” de Washington en su contra desde que decidió retirarse de manera unilateral del acuerdo nuclear y reinstaurar sanciones más severas sobre Irán.
Según varias fuentes, los objetivos alcanzados por los misiles iraníes pertenecen al Daesh, mientras que Teherán acusó a una organización separatista de Ahwaz de ser responsable del atentado que asesinó e hirió a docenas de personas en Ahwaz hace dos semanas. Exista o no un vínculo entre la organización de Al-Ahwaziya y el Daesh, parece claro que Teherán esperaba la oportunidad para presionar más en el enfrentamiento con Estados Unidos, que habla constantemente sobre cortar las garras y colmillos regionales de Irán y detener el desarrollo de sus programas de misiles y nucleares.
Lo sucedido en Ahwaz y la respuesta iraní en Siria suponen una capacitación o “ensayo” de cómo podría ser un enfrentamiento entre Irán y Washington en una próxima fase. Ninguno de los dos países se involucrará en una guerra total; nadie quiere eso y nadie quiere pagar el alto coste de esa hipotética guerra. Los dos países están lo más lejos posible de la mesa de negociaciones, en términos de negociaciones directas o mediante canales secundarios, a menos que Trump dé una sorpresa y un giro de 180 grados, al igual que hizo con Corea hace menos de un año, dando lugar a una historia de amor entre él y su rival Kim Jong-Un.
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Existe un enorme espectro de opciones y alternativas entre la guerra y la paz que se abordará en el enfrentamiento entre Washington y Teherán. Por ejemplo, en Irak, Irán consiguió derrocar al candidato de Washington para liderar el próximo gobierno, el doctor Haider Al-Abadi, y, aunque no logró imponer a uno de sus propios candidatos, Nouri Al-Maliki o Falih Alfayyadh, el compromiso que podría resultar de los esfuerzos de elegir a un presidente y formar gobierno indica que el momento de consenso entre los dos grandes bandos se ha acabado, y que ahora es el momento de la “voluntad de lucha”.
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La administración Obama y el pacto nuclear con Irán. Caricatura. Cartoon [Cartoon Latuff/MiddleEastMonitor]
Esto significa que, en Oriente Medio, las crisis de la región, desde Yemen a Líbano e incluyendo Irak y Siria, no se calmarán ni se resolverán de forma permanente. Teherán intentará drenar a Washington y a sus aliados en estos campos, así como obstaculizar sus programas y proyectos. Por otra parte, tal y como lo expresó Nikki Haley, los objetivos de Washington detrás de las sanciones estadounidenses sobre Irán son reprimir y someter al país para prepararlo a volver a las negociaciones de acuerdo a las condiciones del gobierno de los EEUU, resumidos por Mike Pompeo en 12 condiciones, cada cual equivalente a declarar una aceptación de derrota o a firmar un “memorando de rendición”.
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Este artículo fue publicado en árabe en Arabi21 el 3 de octubre de 2018.
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