Las autoridades israelíes demolieron ayer la casa de una familia palestina en la localidad de Kuseifeh, en el desierto del Negev, dejando sin hogar a 10 personas.
Según relataron fuentes locales, las fuerzas israelíes asaltaron ayer el poblado y demolieron la casa con el pretexto de que había sido construida sin permiso de obra. Dichas fuentes confirmaron también que en la casa vivía una mujer con sus nueve hijos.
Kuseifeh se encuentra en la zona cuya demolición fue aprobada por el Gobierno israelí en 2011.
Según la organización israelí de derechos humanos Adalah, si este plan es llevado adelante “resultaría en la destrucción de 35 poblados beduinos “no reconocidos” y el desplazamiento forzoso de hasta 70.000 árabes beduinos, ciudadanos de Israel, así como la expropiación de sus tierras históricas en el Negev”.
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Más de la mitad de los aproximadamente 160.000 beduinos del Negev residen en poblados no reconocidos, según la Asociación por los Derechos Civiles en Israel (ACRI).
Numerosas organizaciones han denunciado que las demoliciones de poblados beduinos constituyen una política sistemática destinada a eliminar a la población indígena palestina del Negev para dejar espacio a la expansión de los asentamientos judíos.
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