El Ministerio de Exteriores saudí desmintió ayer las informaciones según las cuales el reino habría expulsado al embajador turco, como resultado de la disputa por la desaparición del disidente saudí Jamal Khashoggi.
La Agencia de Prensa Saudí, propiedad del estado, citó una fuente oficial del Ministerio de Exteriores que apostilló que las alegaciones carecen “de cualquier fundamento”.
Estas declaraciones se produjeron en respuesta a una noticia publicada por la agencia Reuters, que aseguraba que el Gobierno saudí había dado la orden de expulsar del país al embajador turco.
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El martes pasado, Khashoggi desapareció tras entrar al consulado saudí en Estambul para obtener ciertos documentos necesarios para su matrimonio. La primera en dar la voz de alarma fue su prometida, que le esperaba delante del edificio diplomático.
La desaparición de Khashoggi, quien fuera editor jefe del periódico Al-Watan y asesor del antiguo jefe de los servicios secretos saudíes, ha causado consternación a nivel internacional, especialmente después de que fuentes de la policía turca afirmasen a lo largo del fin de semana que probablemente el disidente hubiera sido asesinado dentro del consulado. El Gobierno saudí, por su parte, ha descartado las acusaciones, defendiendo que Khashoggi abandonó el edificio poco después de completar los trámites por los que se había presentado.
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