De acuerdo con fuentes de inteligencias, el Rey Salmán ha sido obligado a intervenir en la lucha de poder entre el príncipe heredero, Mohammad bin Salman, y las tribus que componen la Guardia Nacional.
La Guardia Nacional está formada por combatientes que representan las tribus más importantes del reino, que han sido leales a la familia de la Casa de Saud desde la fundación del país y, durante años, han disfrutado de una independencia considerable de las fuerzas de seguridad saudíes.
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Mohammad bin Salmán quiere eliminar los privilegios que las tribus han conseguido a través de los vínculos de la Guardia Nacional. Sin embargo, un gran número de sheiks tribales han sido arrestados y obligados a seguir la línea política del príncipe coronado, de acuerdo con el periódico francés Intelligence Online.
El movimiento ha causado una gran preocupación entre las tribus, y en cuanto se han recuperado del golpe, las tribus de Mutayr, Otaibah, Anazzah, Bani Auf, Al-Buenan, Ghamd, Banijizan y Bani Hilal han elevado sus quejas al Palacio Real.
El Rey Salmán bin Abdulaziz ha intervenido personalmente para calmar la tensión creciente. Asegurar el equilibrio entre las tribus del país es uno de los deberes más importentes de la monarquía en Arabia Saudí.
De acuerdo con el diario francés, aunque bin Salmán se ha retirado temporalmente de su campaña, sigue determinado a controlar a las tribus rebeldes.
La campaña contra las tribus y la Guardia Nacional está dirigida por el General Abul Aziz bin Mohammed Al-Huwairini, jefe de Servicio de Seguridad Saudí.
El Servicio se encuentra bajo el control del príncipe coronado y se encarga de supervisar toda la seguridad interna y los servicios de inteligencia en el país, incluyendo a las fuerzas especiales y al Directorio General de Inteligencia.
Las tribus son poderosas y puede influenciar a otras, no sólo dentro del reino, sino también fuera de sus fronteras. Es el caso de la tribu de los Mutayr, que también se encuentra en Kuwait y Qatar, y la de los Shammar que se extiende hasta Siria e Irak.
La Guardia Nacional ha estado bajo presión desde la llegada del Rey Salman y su hijo al poder a principios de 2015 con la pretensión de destruir el legado del anterior rey, Abdullah.
Su hijo, el príncipe Mutaib bin Abdullah, tomó el control de la Guardia hasta que fue expulsado y arrestado en Noviembre como parte de una supuesta campaña anticorrpución.
Mutaib bin Abdullah ha sido liberado hace unas semanas después de haber sido obligado a pagar mil millones de dólares y “Khalid bin Abdul Azziz Al-Ayyaf” ha sido nombrado jefe de la Guardia Nacional. Pertenece a la tribu de Shammar en Najd.
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