Un informe reciente ha revelado que el número de solicitudes realizadas por israelíes para obtener permisos de armas se ha incrementado durante los últimos dos meses en un 183%, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
El incremento se ha producido después de que el ministro de seguridad ciudadana Gilad Erdan decidiera eliminar algunas de las restricciones con que contaba la tramitación de estos permisos, según informa el diario Haaretz. En agosto, Erdan anunció la decisión de simplificar el procedimiento para que los israelíes obtengan estos permisos, en particular para aquellos que residen cerca de zonas habitadas por palestinos o en las inmediaciones de la frontera.
Desde entonces, 2.800 ciudadanos israelíes han solicitado estos permisos para portar armas, lo que supone un incremento del 183% en relación al año anterior.
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Según Haaretz, la estimación inicial del Ministerio de Seguridad Pública era que entre 35.000 y 40.000 ciudadanos solicitarían los permisos. “El Ministerio de Seguridad Pública calcula que 10.000 israelíes recibirán permisos para portar armas, con lo que el número de ciudadanos que cuentan con estas licencias alcanzará 140.000, sin contar con la policía y el ejército,” escribía el periódico.
Una diputada de la Knesset, la árabe Aida Touma Suleiman, advirtió por su parte que “la relajación de las restricciones a la hora de obtener los permisos de armas pone en riesgo las vidas de medio millón de personas, que podrían morir porque es fácil apretar el gatillo con la excusa de la legítima defensa”.
Suleiman subrayó que “armar a ciertos individuos, primariamente judíos, en nombre de su derecho a la legítima defensa frente al terrorismo quiere decir una cosa: la incitación contra los árabes y el pueblo palestino. La decisión de poner armas en manos de ciertos israelíes quiere decir que Israel les está animando a llevar a cabo ejecuciones cada vez que se sientan personalmente en peligro”.
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