Las autoridades egipcias negaron esta semana haber secuestrado y torturado a un ciudadano con doble nacionalidad egipcia y estadounidense, tal y como denunciaba en un informe Human Rights Watch.
El Servicio de Información del Estado (SIS, por sus siglas en inglés), que depende de la presidencia egipcia, manifestó que los informes de la organización “son parciales, politizados, poco profesionales y escasamente documentados, puesto que ocultan algunos hechos y distorsionan otros”.
La semana pasada, Human Rights Watch había denunciado que “las autoridades egipcias hicieron desaparecer a un egipcio-estadounidense que trabajaba como conductor de limusinas, el cual afirmó que fue sometido a torturas y que pasó encerrado cuatro meses”.
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El informe identificaba al hombre como Khaled Hassan, de 41 años, y especificaba que había proporcionado “alegaciones detalladas de tortura, incluidas dos acusaciones de violación”.
El vicedirector de Human Rights Watch para Oriente Medio y el Norte de África, Michael Page, denunció que “la desaparición de Hassan y las detalladas alegaciones de tortura, así como el desmentido del gobierno, refuerzan la realidad de que las fuerzas de seguridad egipcias operan con impunidad”.
“Khaled ha sido capaz de sacar a la luz los horribles detalles de su cautiverio, pero los miles de presos que permanecen en las cárceles egipcias no han sido capaces de contar sus historias,” agregó.
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