El Tribunal Penal Internacional (TPI) ha rechazado el recurso del hijo del antiguo dictador libio Muammar Gaddafi, Saif El-Islam, que había solicitado la retirada de la orden internacional de busca y captura que pesa sobre él.
En su informe más reciente al Consejo de Seguridad sobre la situación en Libia, la fiscal del TPI Fatou Bensouda mantuvo que el hijo de Gaddafi debe ser detenido y entregado a la justicia.
La orden de busca y captura, emitida por el TPI en 2011, acusa a Saif El-Islam de haber cometido crímenes de guerra como parte de su tarea de reprimir de forma violenta las manifestaciones contra el régimen de su padre.
Este año, Gaddafi ya había argumentado que no podría ser juzgado por el TPI debido al proceso que ya está en curso en Libia; hasta junio del año pasado había permanecido en cautividad, en manos de una milicia en la ciudad de Zintan. Sin embargo, este argumento fue rechazado por el tribunal.
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Bensouda ha ordenado también la detención del comandante de las Fuerzas Saiqa Mahmoud Al-Werfalli. “Este consejo recordará que el 15 de agosto de 2017, la Sala de Cuestiones Preliminares de este Tribunal emitió una orden de búsqueda contra él, tras haber hallado motivos razonables para creer que es responsable de siete ejecuciones en las que fueron asesinados 33 individuos,” concluyó la fiscal, que instó a Al-Werfalli a entregarse a las autoridades.
Desde la revuelta contra el régimen de Muammar Gaddafi en 2011, el país se ha sumido en una espiral de violencia e inestabilidad crónicas. En 2014, Libia se vio dividida entre dos facciones rivales: el general Jalifa Haftar se hizo con el poder en el este del país, alineado con un parlamento y un gobierno regionales, mientras que en la capital de Trípoli subsiste el gobierno internacionalmente reconocido, encabezado por el primer ministro Fayez Al-Sarraj.
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Los leales a la familia Gaddafi también se han reagrupado, y uno de sus portavoces anunció este año que Saif Al-Islam se presentaría como candidato a la presidencia del país en las próximas elecciones. Sin embargo, los recientes estallidos de violencia han planteado la cuestión de un posible retraso de los comicios.
Bensouda puso énfasis en la importancia de que los acusados sean llevados a juicio para garantizar la paz a largo plazo. “Lograr la entrega de fugitivos al TPI es un gran reto. No puede haber justicia para las víctimas hasta que los criminales sean entregados al tribunal,” concluyó, advirtiendo de que “si no se exigen cuentas, la impunidad seguirá reinando en Libia, causando un gran sufrimiento”.
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