La agencia de noticias Reuters ha informado de que el presidente iraní Hassan Rouhani ha asegurado que Irán venderá su petróleo e infringirá las sanciones que ha reimpuesto Estados Unidos contra sus sectores energéticos y bancarios vitales.
En una entrevista emitida en directo por la televisión iraní, Rouhani explicaba a varios economistas que "Estados Unidos quería acabar con las ventas de petróleo de Irán (...) pero nosotros seguiremos vendiendo nuestro petróleo (...) para burlar las sanciones".
Estados Unidos informó el viernes de que permitirá a ocho importadores que sigan comprando petróleo iraní cuando vuelvan a estar vigentes las sanciones, que pretenden forzar a Teherán a frenar sus actividades nucleares y balísticas y su política regional.
China, India, Corea del Sur, Japón y Turquía, todos países que realizan grandes importaciones de petróleo iraní, se encuentran entre los ocho países que se espera se beneficien de esta exención temporal de las sanciones. El objetivo de esta bula a ciertos países podría ser asegurar que los precios del crudo no se desestabilicen.
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El restablecimiento de las sanciones es parte de una amplia política del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuyo objetivo es forzar a Irán a frenar sus programas nucleares y balísticos, así como su apoyo a fuerzas aliadas con la República Islámica en Yemen, Siria, el Líbano y otras partes de Oriente Medio.
Rouhani ha explicado que "hoy el enemigo [Estados Unidos] está atacando nuestra economía (...) el objetivo principal de las sanciones es nuestro pueblo".
Trump retiró unilateralmente a los EEUU en mayo pasado del acuerdo nuclear suscrito en 2015 entre Irán y seis potencias mundiales y Washington ha vuelto este agosto a imponer una nueva primera tanda de sanciones contra este país.
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El acuerdo de 2015 consiguió que se levantaran la mayoría de las sanciones económicas y financieras internacionales impuestas en el pasado a Irán a cambio de que Teherán frenara, con supervisión de la ONU, su polémica actividad nuclear.
El secretario de Estado de los EE. UU., Mike Pompeo, dijo ayer que las sanciones que hoy vuelven a imponerse sobre Irán "son las más duras impuestas sobre la República Islámica".
Mientras, los gobernantes de Irán han negado las preocupaciones sobre el impacto de las sanciones en la economía del país.
Según Rouhani, "esta es una guerra económica contra Irán, pero (...) Estados Unidos debería ya aprender que no puede usar el lenguaje de la fuerza contra Irán (...) Estamos preparados para resistir cualquier presión".
Para mantener el acuerdo nuclear con vida, los otros firmantes del mismo intentan mantener la actividad comercial con Teherán a pesar del escepticismo expresado por algunos en el sentido de si esto será posible pese a las sanciones de EE. UU. que buscan bloquear el comercio de petróleo iraní.
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