El periódico oficialista turco Daily Sabah ha publicado imágenes de las herramientas empleadas por el equipo desplegado por Arabia Saudí para asesinar al periodista Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Estambul.
De acuerdo con el diario, después de que el equipo saudí abandonara Turquía, la máquina de rayos X del aeropuerto mostró que su equipaje contenía grandes tijeras, un escalpelo y un táser.
Las autoridades turcas no pudieron inspeccionar el equipaje debido a la inmunidad diplomática de la que gozaban los sospechosos. Las maletas también contenían diez teléfonos móviles, cinco walkie talkies y un inhibidor de frecuencias, así como dos grandes jeringuillas, tres grapadoras y un escalpelo. Por el contrario, los rayos X no detectaron nada que se pudiera corresponder con los restos mortales del periodista, que todavía no han aparecido.
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Hace tan sólo unos días, el jefe de la sección de investigación del Daily Sabah, Nazif Kerman, aseveró que Khashoggi había muerto asfixiado con una bolsa en la cabeza, según se deduce de la grabación interceptada por las autoridades turcas.
“Me ahogo, quitadme la bolsa. Soy claustrofóbico,” habrían sido las últimas palabras del periodista antes de perder el conocimiento. Según Kerman, los saudíes ya habían cubierto el suelo con bolsas de plástico para evitar posibles manchas de sangre.
صحيفة صباح التركية تنشر صور “X Ray” لأدوات قتل استخدمها الفريق السعودي في اغتيال #خاشقجي، تتضمن الأدوات “سكاكين، مقصات كبيرة، أدوات تدبيس، جهاز صعق، آلات قاطعة، وأجهزة Walkie Talkie”.
الأدوات جرى تهريبها بحقائب دبلوماسية عبر طائرة العقيد السعودي “ماهر مطرب ” pic.twitter.com/IGyBdgmpxa
— الخليج الجديد (@thenewkhaleej) November 13, 2018
El desmembramiento, llevado a cabo por el experto forense Salah Al-Tubaigy, se prolongó durante unos 15 minutos. Después, los restos fueron repartidos en cinco grandes bolsas y transportados en uno de los vehículos del consulado saudí.
El New York Times informó ayer de que uno de los miembros del equipo, el miembro de los servicios secretos Maher Mutrib, llamó por teléfono a uno de los asistentes del príncipe heredero, desde Estambul, y le pidió que notificara “al jefe” que la misión había sido cumplida.
Aunque el nombre del príncipe Mohammed bin Salman no es mencionado de forma explícita, la CIA cree que él es el “jefe” al que alude Mutrib, y que por lo tanto fue él quien ordenó el asesinato.
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