Un comunicado emitido por el Consejo de Iglesias de Jerusalén el viernes pasado ha celebrado un nuevo triunfo contra el gobierno israelí: un número "sin precedentes" de iglesias estadounidenses han condenado los intentos israelíes de confiscar propiedades eclesiásticas cristianas.
El patriarca de la iglesia ortodoxa-griega de Jerusalén, Teófilo III, que preside este Consejo de Iglesias de Jerusalén, ha llevado recientemente a cabo una gira por Estados Unidos y por los países de la Unión Europea para hacer presión contra un proyecto amparado en un proyecto de ley recientemente presentado en el Parlamento israelí. El "Proyecto de Ley de Propiedades", marca entre sus objetivos algunas de las diferentes iglesias cristianas situadas en la Ciudad Santa.
Según explica el comunicado, una vez finalizada la gira un grupo de iglesias de Estados Unidos envió una carta al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, condenando este proyecto israelí.
En la carta, las iglesias estadounidenses escribían que: "los patriarcas de Jerusalén y los líderes de las iglesias de Jerusalén consideran que esta legislación es una amenaza existencial de tal nivel que no puede ser obviada".
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La carta añadía: “Cuando el proyecto de ley se presentó por primera vez en febrero pasado, los dirigentes de las iglesias de Jerusalén protestaron cerrando la Iglesia del Santo Sepulcro como acto histórico de solidaridad. En solidaridad con este hecho sin precedentes, dieciocho líderes religiosos de los EE. UU., en representación de un amplio espectro de la comunidad cristiana estadounidense, escribieron al Presidente [estadounidense] Trump expresando la necesidad de proteger a la vulnerable comunidad cristiana que reside en Jerusalén y Tierra Santa. Señor secretario de Estado: se deben emplear todos los esfuerzos necesarios para evitar que se repita una crisis similar.
El Consejo de Iglesias de Jerusalén ya emitió en julio un llamamiento destinado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, exigiendo que se evite que se debata el proyecto de ley "porque sirve a los fines de grupos racistas y socava la posición de las iglesias cristianas". Teófilo III advirtió también al gobierno israelí de que una aprobación de esta ley empujaría al Consejo de Iglesias de Jerusalén, de forma coordinada con todos los líderes de todas las iglesias del mundo, a cerrar la Iglesia del Santo Sepulcro.
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La Iglesia del Santo Sepulcro fue también cerrada por el Consejo de Iglesias en febrero en protesta contra un impuesto municipal propuesto sobre las propiedades de las iglesias cristianas.