El ministro de Agricultura de Israel, Uri Ariel, irrumpió en la mañana del domingo en el complejo de la Mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén. Lo hizo protegido por un fuerte dispositivo de seguridad de la policía israelí y acompañado por decenas de colonos extremistas.
Mientras, las fuerzas de la ocupación israelí prohibieron a la población palestina entrar en este complejo con el fin de que Ariel y los colonos que le acompañaban pudieran deambular por el recinto y realizar algunos rituales talmúdicos.
Las autoridades israelíes siguen restringiendo la entrada de la población palestina a la mezquita de Al-Aqsa e imponiendo a esta población diversas medidas punitivas. Hace solo unos pocos días, la Corte de Magistrados de Jerusalén ordenó que seis palestinos de Jerusalén fueran expulsados de la Mezquita y se les prohibiera la entrada al complejo durante un plazo de seis meses.
Un alto responsable de la Asociación de Prisioneros Palestinos en Jerusalén ha denunciado que estos seis habitantes de Jerusalén fueron arrestados por las fuerzas de la ocupación israelí en sus hogares, situados en la Ciudad Vieja y Silwan, barrio situado junto a los muros de esta.
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