La “narrativa” política de parcialidades plagadas de contradicciones, cuyo objetivo es eludir la centralidad del problema humanitario y sus repercusiones, continúa impuesta en lo que concierne a Gaza, a pesar de la gravedad de la tragedia y de estar al borde del desastre.
Esto se refleja de la forma mas áspera en cómo la pregunta se ha convertido en: ¿quién rescatará a Gaza y cómo? sin centrarse en la necesidad de salvar a una sociedad cuyo pueblo está encaminado al hambre y al caos como resultado de un asfixiante asedio impuesto sobre sus hombros desde hace más de 11 años.
Esta controversia se manifiesta cada vez que Gaza recibe una “dosis” de apoyo que ayuda a mantener su débil latido y sobrevivir frente a un discurso creciente repleto de un lenguaje de traiciones y acusaciones que manipula deliberadamente los fundamentos de la causa palestina y que desvía el objetivo de su lucha, que pretende restaurar sus derechos usurpados.
Un vistazo a la retórica cambiante demostrará que el estado de silencio extremo es transparente, aunque los quejidos de Gaza llenan el vacío, y los ocasionales ataques israelíes con cohetes y misiles silencian más y más esta retórica, pero la intensificación sólo se da cuando llegan paquetes de ayuda humanitaria desde Qatar a la Franja de Gaza.
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Esto ocurre mientras que la obstrucción política, que alcanza el nihilismo, contribuye a avivar este discurso, además del intento inútil de brindar una mayor polarización árabe y regional que pueda explotarse en los conflictos violentos de coaliciones en la región, de los que el problema palestino es uno de los principales.
Para evitar una mayor divergencia a nivel político debido a lo que contiene las controversias sobre la prisa, la polarización y la atracción, debemos seguir intentando prevenir que el problema humanitario se hunda más en esta forma abstracta por culpa de los cálculos de intereses políticos.
Es necesario encontrar mecanismos y medios que proporcionen canales independientes, lejanos del conflicto político.
Puede que sea necesario pensar en un enfoque más fundamentalmente humanitario por parte de las Naciones Unidas, a través de la creación de un comité u organización humanitaria, o incluso mediante sus organismos existentes, que se basan en un plan de acción claro. También es urgente garantizar el apoyo continuado a Gaza. Esto debería adoptarse como un enfoque consistente para acabar con la crisis humanitaria que lleva años sufriendo el pueblo de la Franja.
Se debe hacer un llamamiento a la celebración de un foro internacional para todas las partes que trabajen en el campo de acción humanitaria para el pueblo palestino - sin negar la necesidad del apoyo de los gobiernos extranjeros - para garantizar el triunfo del ímpetu de este apoyo humanitario a los palestinos de la Franja de Gaza, Cisjordania y los campamentos de refugiados.
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En paralelo, debe realizarse un proceso para considerar los acuerdos que lleven al levantamiento del injusto asedio sobre la Franja de Gaza y poner fin al sufrimiento de dos millones de personas, trabajando para remediar las repercusiones de la tragedia humanitaria provocada por el asedio.
Sin embargo, es necesario reconocer la necesidad de dejar a un lado el sufrimiento de los enfermos, los huérfanos y los niños hambrientos de los conflictos de naturaleza política. Así como valores morales, la acción política también tiene determinantes que no incluyen el crecimiento del sufrimiento humano, de los enfermos, del hambre o la pérdida de esperanza, especialmente en el caso del pueblo de Gaza, que ha sufrido todo tipo de torturas y miserias. Es hora de que vivan con seguridad y dignidad, sin temer a un futuro incierto; es hora de que respiren hondo y descansen.
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