El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salmán, abandonó ayer el reino para visitar una serie de países árabes, según ha informado la Agencia de Prensa Saudí. Se trata de su primer viaje al extranjero desde el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, que causó una oleada de indignación a nivel global.
El príncipe, que gobierna el país de facto, participará también en la reunión del G20 en Buenos Aires a finales de mes, junto con los líderes de EE.UU., Turquía, y la Unión Europea.
El asesinato de Khashoggi, un columnista del Washington Post crítico con las políticas del príncipe heredero, ha debilitado los vínculos de Arabia Saudí con Occidente, ensuciando la imagen del príncipe Mohammed. De acuerdo con la agencia de noticias, el rey Salmán pidió a su heredero que se embarcase en el viaje “en base a su voluntad de afianzar los vínculos regionales e internacionales del reino”.
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Según Al-Arabiya TV, el viaje comenzará con una visita a los aliados Emiratos Árabes Unidos. De acuerdo con el diario tunecino Business News, está previsto que el príncipe arribe el martes que viene al país norteafricano.
Las autoridades saudíes insisten en que el príncipe no era conocedor de los planes para asesinar al periodista. Tras haber ofrecido una serie de explicaciones contradictorias, la semana pasada Riad admitió que Khashoggi había sido asesinado y su cuerpo desmembrado después de que fracasasen las negociaciones para que volviera a Arabia Saudí.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, por su parte, insiste en que la orden del asesinato procedía del más alto nivel en la jerarquía del reino, con la salvedad del rey Salmán.
Esta semana, el presidente estadounidense Donald Trump afirmó que Washington permanecería “un aliado firme” de Arabia Saudí pese a la posibilidad de que el príncipe heredero pudiera estar implicado en el crimen.
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