Según un nuevo informe publicado por la UNESCO, unos 7.500 menores migrantes indocumentados están matriculados en el sistema escolar de Marruecos.
El Informe de Estudio de la Educación Global para 2019, titulado: “Migración, desplazamiento y educación: construyendo puentes, no muros”, muestra que un cambio realizado en la ley de educación marroquí para facilitar la matriculación de los menores migrantes al reducir los requisitos de documentación requerida ha provocado que miles de menores más estén recibiendo acceso a educación.
Según informa la UNESCO, la Constitución de Marruecos de 2011 modificó la Ley Nº. 4, que limitaba el acceso a la educación sólo a los menores marroquíes, estableciendo que todos los menores presentes en el país tenían el derecho y el deber de ser escolarizados y recibir educación.
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El estudio de la UNESCO elogia los esfuerzos realizados por el Ministerio de Educación de Marruecos en 2013 para facilitar el acceso a la educación de los menores procedentes de los países del África subsahariana, aunque añade que algunos de los requisitos exigidos en cuanto a documentación son aún un poco "difíciles de cumplir por la población migrante".
El estudio refleja también que aunque 7.500 menores migrantes estudian en las escuelas públicas marroquíes, existen grandes variaciones. Por ejemplo, en 2014, menos de la mitad de los menores migrantes indocumentados de 8 a 17 años asistían a la escuela en las grandes ciudades de Casablanca, Rabat y Tánger.
El informe recuerda que "brindar una educación a los menores no solo es una obligación moral de los responsables de hacerlo, sino que también es una solución práctica a muchas de las inestabilidades que pueden causar poblaciones en movimiento", a la vez que reitera que es necesario que los gobiernos regionales mejoren la provisión de fondos para esta tarea.
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Según la ONU, aproximadamente la mitad de las personas que sufren un desplazamiento forzoso en el mundo son menores de 18 años. Esto ha provocado un aumento del número de jóvenes que se encuentran a día de hoy en Marruecos, en tanto que aumenta el número de migrantes que intentan llegar a Europa atravesando el Reino. A pesar del riesgo de sufrir actos de violencia o de ser expulsados, el país es una parada necesaria para recuperar fuerzas y ahorrar suficiente dinero antes de intentar continuar su viaje hacia el norte.
Sin embargo, la UE ha presionado a los países del norte de África para que estos detengan el flujo de personas que abandonan este continente. Y en julio se ha revelado que el liderazgo europeo está intentando establecer centros en Oriente Medio y África para acoger a solicitantes de asilo deportados.
Este plan fue rápidamente rechazado por Egipto y otros “países socios” de la UE como Argelia, Marruecos y Túnez.
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Por el contrario, Marruecos ha desarrollado desde junio una campaña para controlar los excesos en el flujo de migrantes subsaharianos en el país. Esta campaña incluye el realizar arrestos arbitrarios, las expulsiones a zonas remotas del país y, últimamente, la expulsión del país. Gadem, un grupo de defensa de los Derechos Humanos con sede en la capital marroquí, Rabat, ha estimado recientemente que alrededor de 6.500 migrantes han sido arrestados o desplazados a otros lugares desde que comenzó esta campaña represiva.
A pesar de las polémicas y divergencias con respecto al trato brindado a la población migrante, Marruecos va a acoger el próximo mes una importante conferencia sobre migraciones de la ONU, donde se espera exponga su caso particular.