El gobierno tunecino aprobó el viernes pasado el proyecto de ley que estipula la igualdad de género en la herencia. Ahora será el Parlamento el que deberá debatir y ratificar el borrador antes de que pueda entrar en vigor.
La ley, propuesta el año pasado por el presidente tunecino Beji Caid Essebsi con motivo del Día Internacional de la Mujer, se enfrenta al rechazo del Partido del Renacimiento (Ennahda), que cuenta con mayoría parlamentaria. La formación islamista argumenta que según el Corán, en la mayor parte de los casos los mujeres heredan solamente la mitad de la porción que corresponde a los hombres.
El presidente del consejo de Renacimiento, Abdel Karim Al-Harouni, ya manifestó en el pasado que defendería los derechos de las mujeres en cuanto a la herencia, “dentro del marco de las leyes que respetan la identidad del país”.
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El presidente Essebsi, sin embargo, se mantiene firme en su posición inicial: que los tunecinos deberían ser libres para elegir si desean o no atenerse a la ley islámica. El proyecto de ley, argumenta, se basa en la Constitución, en la cual se afirma que “Túnez es una nación civil construida sobre tres elementos: la ciudadanía, la voluntad del pueblo y el imperio de la ley”.
Si la ley se aprueba, Túnez se convertiría en el primer país árabe con una ley de herencia igualitaria. Sin embargo, la parte más conservadora de la población se opone a la medida, en nombre de la identidad musulmana del país. Según una encuesta del Instituto Internacional Republicano de 2017, el 52% de las mujeres tunecinas están en contra de la aprobación de la ley.
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