Un experimento del portal informativo Egyptian Streets ha revelado que aproximadamente el 95% de las llamadas realizadas a una línea telefónica para las víctimas de acoso sexual resultan ignoradas. Dicha línea ha sido anunciada con frecuencia por el Consejo Nacional de Mujeres Egipcias (NCW) durante las últimas semanas.
Como parte del experimento, un grupo de mujeres llamó a la línea en repetidas ocasiones. De las 40 llamadas realizadas, sólo dos fueron respondidas. En una de las dos ocasiones, la supuesta víctima recibió instrucciones de llamar de nuevo al día siguiente, en horario de 9 a 3.
En la segunda ocasión, cuando la supuesta víctima pretendía denunciar un caso de acoso callejero, la línea le pidió que proporcionara el nombre completo y la matrícula del agresor, una información a la que rara vez se tiene acceso.
El experimento forma parte de una nueva campaña para poner freno al acoso sexual por parte de la start up Bassita, en colaboración con la ONU, varias ONGS y algunos departamentos de la administración egipcia. En los spots lanzados esta semana, el actor Hany Adel y la actriz Menna Shalabi animan a hombres y mujeres a plantar cara a los acosadores.
Sin embargo, los resultados del experimento han puesto en duda la eficacia de la línea teléfonica anunciada por el gobierno, que en teoría debería proporcionar ayuda a las mujeres acosadas y ponerlas en contacto con la policía o con el sistema sanitario, según el caso.
“La línea no funciona si no hay nadie para contestarla o si esa persona no ha trabajado con víctimas de violaciones (…) Es muy probable que las mujeres tengan miedo de ir a la policía a denunciar, como ocurre en todas partes, pero con una línea telefónica que funcionase bien al menos podrían recibir ayuda telefónica,” denuncia Angie Abdelmonem, una investigadora de la Universidad de Arizona.
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El año pasado la presidenta del NCW, Maya Morsi, aseguró que la tasa de acoso sexual en Egipto se situá sólo en el 9,6%, y afirmó que el 99% de las denuncias realizadas por mujeres son falsas.