Según ha explicado el presidente de la Comisión de Justicia Internacional y Responsabilidad (CIJA), Stephen Rapp, las evidencias de los crímenes de guerra cometidos por el gobierno sirio son las más firmes recopiladas desde que los líderes nazis fueran juzgados en Nuremberg.
En una entrevista concedida a “World Today”, el fiscal de crímenes de guerra y ex embajador de Estados Unidos para cuestiones de crímenes de guerra ha revelado que su organización ha accedido a más de 750.000 documentos que registran las atrocidades cometidas por el régimen de Bashar Al-Assad. .
"Es un tipo de evidencias sólidas que realmente no hemos tenido desde Nuremberg, cuando los nazis fueron procesados", afirmó. Y también ha añadido que, al igual que los criminales nazis, el régimen fue meticuloso al registrar su trabajo.
“Enjuicié a Charles Taylor, presidente de Liberia, por crímenes de guerra; también enjuicié a los responsables del genocidio de Rwanda. Y en absoluto teníamos los extensos registros que hemos podido obtener de Siria".
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La CIJA ha trabajado sobre el terreno durante largo tiempo junto a cientos de sirios para recopilar la información, muchas veces a través de fotografías y grabaciones de vídeo. El grupo ha recopilado de esta forma más de 600.000 vídeos, muchos de los cuales fueron filmados a título personal con smartphones, y que han sido fundamentales a la hora de crear conciencia sobre el conflicto. Mientras, otra organización, el “Archivo Sirio”, afirma haber recopilado unos dos millones de vídeos.
Cientos de fotos han sido por otra parte proporcionadas por un antiguo fotógrafo forense que estuvo encuadrado en la estructura de la policía militar siria y cuyo trabajo era fotografiar a los cientos de cuerpos que llegaban a un hospital militar, en el conocido como “Archivo César”.
Según ha explicado Rapp, "hemos podido identificar a al menos 800 de las víctimas, y casi todos eran manifestantes civiles. Estas 800 personas eran en su mayoría civiles que fueron torturados hasta la muerte bajo custodia de las fuerzas militares sirias. Escritos en sus cuerpos están los números de las instalaciones donde los mataron".
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El fiscal ha detallado también como la extensión y profusión de los casos de tortura ha llegado a hacer imposible que estos sean negados, incluso por los funcionarios del régimen: "Si alguien ha sido torturado hasta la muerte, se le han arrancado los ojos, hay marcas de ácido en su cuerpo y el propio régimen hizo fotos de estos hechos, tienes pruebas de que alguien ha cometido un delito".
En un informe publicado por la Red Siria para los Derechos Humanos, el grupo ha estimado que al menos 14,000 personas han muerto bajo custodia entre marzo de 2011 y agosto de 2018, y que otras 85,000 aún están detenidas.
El régimen de Assad ha sido hasta ahora protegido de ser llevado ante la Corte Penal Internacional por sus aliados Rusia y China, que han bloqueado una resolución al respecto del Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, grupos de derechos humanos de todo el mundo siguen intentando encontrar otras vías para obligar a los funcionarios del régimen sirio a rendir cuentas.
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A principios de este año, 16 hombres y mujeres con nacionalidad siria presentaron una denuncia penal en Austria contra 24 altos funcionarios del régimen sirio acusándoles de estar involucrados en su detención y tortura. Con la ayuda del Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos, el grupo ha estado recolectando evidencias de torturas por parte del gobierno sirio desde 2012 y el año pasado presentó cuatro denuncias en Alemania contra dicho régimen. En virtud de la Convención contra la Tortura, ratificada por una mayoría de los países del planeta, Siria incluida, los aparatos judiciales nacionales pueden procesar y condenar a individuos acusados de tortura en otros países.
Con estas posibilidades abiertas ante ellos, Rapp ha explicado que aunque conseguir colocar a los perpetradores de crímenes de guerra o de tortura bajo custodia no deja de ser un desafío, la posibilidad de lograr enjuiciar a estos criminales crece.
"La presión aumentará, e incluso aunque Assad viviera unas cuantas décadas más, puede llegar un día en el que será emitida contra él una orden de arresto internacional", ha remachado. "Si será atrapado o no, nadie lo sabe. Pero este tipo de crímenes son de un tipo que el mundo no va a olvidar".
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