Más de 150 países participarán en una conferencia de las Naciones Unidas para adoptar un pacto global con el fin de gestionar mejor los flujos migratorios. La cifra es menor que la de aquellas naciones que en un principio participaron del plan.
En julio, los 193 miembros de la ONU, con la excepción de EE.UU., dieron los toques finales al llamado Compacto Global por la Migración Segura, Ordenada y Regular. Desde entonces, el texto ha estado en el punto de mira de la derecha en Europa, que ha advertido de que podría incrementar la inmigración. Por lo menos seis países miembros de la Unión Europea, sobre todo procedentes del bloque oriental, han terminado rechazando el acuerdo.
La representante especial de la ONU para la Migración Internacional, Louise Arbour, indicó sin embargo que más de 150 gobiernos se han registrado para participar en la conferencia que se celebrará hoy en la ciudad marroquí de Marrakech.
El pacto no es legalmente vinculante, pero puede proporcionar una guía muy útil a aquellos países en los que se vivan fenómenos migratorios, explicó Arbour en una rueda de prensa.
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“Habrá muchos obstáculos en el camino hacia la implementación, entre ellos la narrativa tóxica y desinformada que persiste con demasiada frecuencia cuando se trata de migrantes,” advirtió.
En lo que ha sido tan sólo la última de las polémicas sobre el pacto, el primer ministro belga Charles Michel gobierna desde ayer en minoría, después de que su mayor socio abandonara la coalición con motivo de las desavenencias sobre el acuerdo.
El derechista N-VA retiró a sus ministros del gabinete después de que Michel desechara su demanda de que no firmase el documento.
También ayer domingo, el subsecretario chileno del Interior, Rodrigo Ubilla, declaró al periódico El Mercurio que su gobierno no asistiría a la conferencia. “Hemos dicho que la migración no es un derecho humano. Los países tienen el derecho de establecer unos requisitos de entrada para los ciudadanos extranjeros,” terció.
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El mes pasado, el gobierno de Austria -que en la actualidad ostenta la presidencia rotativa de la Unión Europea- anunció su retirada del pacto, argumentando que éste difuminaría la línea entre la migración legal y la ilegal.
También Australia se ha negado a firmar el acuerdo migratorio, puesto que éste pondría en un compromiso su estricta política migratoria y sería supuestamente un peligro para la seguridad nacional.
La canciller alemana Angela Merkel, cuyos trece años a la cabeza del gobierno han estado marcados por una política de puertas abiertas, es una de las figuras más destacadas que sí participarán en la conferencia.
El Compacto Global para una Migración Segura, Ordenada y Regular proporciona un marco para la cooperación entre países y tiene como objetivo la reducción de la migración ilegal, la integración de los migrantes y el retorno de estos a sus países de origen.
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