El príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salman es “técnicamente responsable” del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, ha manifestado la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley.
En una entrevista con la revista The Atlantic, publicada el viernes pasado, Haley hace hincapié en que EE.UU. no debería “dejarlo pasar” e insta a su gobierno a “decidir” qué medidas tomar al respecto.
El gobierno estadounidense, insistió, debe resolver este asunto sin “tener que elegir entre sus intereses y sus valores,” señaló la diplomática, en referencia a los acuerdos armamentísticos defendidos por el presidente Donald Trump.
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“El gobierno de Bin Salman lo hizo, así que es técnicamente responsable,” reiteró Haley. La postura de la diplomática es la contraria que la de Trump y sus asesores, que hasta la fecha se han negado firmemente a afirmar la culpabilidad del príncipe heredero.
“Tenemos a unos funcionarios del gobierno saudí que hicieron esto en el consulado saudí en Turquía,” subrayó Haley, “No podemos dejarlo pasar, porque ése no es el carácter de América”.
“Es por ello que el gobierno de Trump ha impuesto sanciones contra 17 funcionarios saudíes acusados de estar implicados en el asesinato,” detalló.
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Haley, que abandonará su puesto a finales de este mes, apuntó que Washington puede al mismo tiempo considerar a Arabia Saudí como su “socio cuando se trata de combatir a Irán”. “No vamos a seguir siendo socios de Arabia Saudí si continúan con un comportamiento propio de matones,” matizó.
“El gobierno estadounidense no puede condonar el asesinato de Khashoggi, no podemos decir que está bien, no podemos apoyar un comportamiento propio de matones, y tenemos que decirlo,” añadió la enviada.
Khashoggi, un columnista del Washington Post, desapareció tras entrar en el consulado de Arabia Saudí en Estambul el pasado 2 de octubre. Tras semanas afirmando que el periodistas había abandonado el edificio por su propio pie, las autoridades saudíes admitió que se le había asesinado.