Este fin de semana, varios turistas occidentales, una rareza en Arabia Saudí, visitaron gracias a un nuevo sistema de visados uno de los países más inaccesibles del mundo, que trata de abrir su sociedad y diversificar su economía más allá del petróleo.
Miles de personas acudieron en masa al histórico distrito de Diriyah, en Riad, para participar en Fórmula E, un torneo deportivo de motor con vehículos electrónicos, y para atender a conciertos de artistas entre los que se incluían David Guetta o Black Eyed Peas.
La mayoría eran saudíes aún desacostumbrados a esta clase de ocio en su propio país, ya que los cines y los conciertos públicos estaban prohibidos hasta que llegó el príncipe heredero Mohammed bin Salman hace dos años.
A pesar de la indignación internacional por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi y por la guerra saudí en Yemen, algunos occidentales también aprovecharon la oportunidad de visitar un país que aún restringe mayoritariamente los extranjeros a trabajadores residentes y sus dependientes, empresarios visitantes o peregrinos musulmanes.
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Un estadounidense llamado Jason, va a pasar una semana allí junto a su esposa, alemana, montando en quad por el desierto y visitando lugares patrimoniales en Ushaiger, a 200 kilómetros al noroeste de la capital.
“La carrera suena interesante, pero, sinceramente, era más que nada una forma de ver el país. Estamos contentos de estar aquí,” cuenta. “Llevo muchos, muchos años queriendo venir. Me alegra mucho que nos hayan dejado entrar.”
Aaron, un ingeniero de software de 40 años, viene desde Nueva York y pasará aquí dos días. Él y unas pocas docenas de aventureros con el objetivo de visitar todos los países del mundo tacharon de su lista al reino desértico este fin de semana.
“Arabia Saudí siempre ha sido un lugar exótico… nunca pensé que podría venir,” decía mentiras varios artistas circenses entretenían a los invitados entre carrera y carrera.
Unos 1.000 extranjeros de 80 países recibieron una nueva visa “sharek”, vinculada a un evento de entretenimiento específico, según afirmaron las autoridades.
Esto es sólo una fracción de lo que pretenden atraer eventualmente.
“Con suerte, aprenderemos de esto para saber qué tenemos que hacer en el futuro, pero, de momento, puedo decir que hay mucha demanda…” dijo el príncipe Abdulaziz bin Turki al-Faisal, vicepresidente de la Autoridad General de Deportes.
Atractivos turísticos
A toda velocidad, los coches de carreras eléctricos atraviesan las ruinas de Diiryah, la capital del primer Estado saudí, construida por la familia Al Saud hace tres siglos.
La ciudad, patrimonio mundial de la UNESCO, está siendo sometida a una renovación de varios millones de dólares, celebrando un relato de la historia nacional que pone en el centro y al frente a la dinastía y a sus aliados clericales.
Durante años se han discutido proyectos que admitieran cifras significativas de turistas extranjeros, pero siempre eran bloqueados por la opinión conservadora y la burocracia.
Ahora, el príncipe heredero pretende desarrollar nuevas industrias para diversificar de los petrodólares al principal proveedor de petróleo del mundo.
El turismo es una de las prioridades, a pesar de la escasez de infraestructuras. Las reformas pretenden llegar a un gasto total - por parte de locales y extranjeros - de 46.600 millones de dólares en 2020, frente a los 27.900 millones de 2015.
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Con el asesinato de Khashoggi, columnista del Washington Post y crítico del príncipe heredero, estos proyectos han recibido un duro golpe, ya que el Senado estadounidense culpó al príncipe Mohammed e insistió en que Arabia Saudí llevara ante la justicia a los responsables.
Los oficiales saudíes han negado que el príncipe Mohammed ordenara el asesinato, pero los cambiantes vínculos entre él y algunos sospechosos han complicado el desarrollo de los planes de Riad.
James, otro turista estadounidense, dice que su visita ha cambiado algunas de sus nociones preconcebidas, pero se enfadó al sugerir la idea de que visitar un país implica apoyar a su gobierno.
“Olvídate de la política para poder relacionarte con gente de todo el mundo,” dice. “Eso también se aplica a Arabia Saudí.”
Informe sindicado de Reuters.
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