A pesar de las advertencias de EE.UU., el gobierno turco amenazó ayer de nuevo con lanzar una nueva ofensiva contra contra la región bajo control kurdo en el norte de Siria.
Ya la semana pasada el presidente Recep Tayyip Erdogan adelantó que las fuerzas armadas turcas y las milicias islamistas a las que apoyan atacarían a la administración semi-autónoma kurda en el país vecino. El Pentágono ha expresado su inquietud ante una posible agresión contra sus aliados en la lucha contra el ISIS, reiterando que las acciones militares unilaterales por parte de cualquiera de los bandos son “inaceptables”.
Las relaciones entre ambos países de la OTAN se han visto agriadas por el desarrollo del conflicto civil sirio. EE.UU. apoya a las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG) en su lucha contra el ISIS. Ankara, por su parte, considera a las milicias kurdas una organización terrorista, al imputarles vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
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“[EE.UU. ] está intentando retenernos al este del Éufrates,” acusó ayer el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, durante un viaje a Paquistán. “Pero Turquía no lo ha permitido ni lo permitirá,” amenazó.
La ofensiva prometida por Erdogan no se ha producido aún, aunque las fuerzas aéreas turcas han procedido a bombardear posiciones del PKK en las montañas de Irak. El viernes, después de que Ankara anunciara haber matado a ocho guerilleros como resultado de una de estas incursiones, Bagdad llamó a consultas a su embajador en Turquía.
Muchos analistas coinciden en que, con el anuncio a bombo y platillo de una nueva ofensiva en el norte de Siria, Erdogan pretende calcular la intensidad de la eventual reacción internacional. Los tambores de guerra también estarían relacionados con la inminencia de las elecciones municipales que se producirán dentro de tres meses.
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Las YPG, por su parte, que forman el núcleo de las Fuerzas Sirias Democráticas (SDF) que se encuentran combatiendo al ISIS, han señalado la coincidencia temporal del anuncio de Erdogan. “Las amenazas coinciden con el avance de nuestras fuerzas contra los terroristas; en esta ocasión, con la entrada en la ciudad de Hajin,” recalcó el portavoz de las YPG Nuri Mahmud.
El 10 de septiembre, las SDF lanzaron una ofensiva para expulsar al ISIS de la localidad, en la ribera oriental del Éufrates. “Sin duda, cualquier ataque [turco] en el norte de Siria tendrá un impacto directo en la batalla de Hajin. Las fuerzas que están luchando regresarán para defender su región y a sus familias,” puntualizó Mahmud.
La última ofensiva turca contra la región semiautónoma kurda resultó en la invasión del enclave kurdo de Afrín por parte de milicias islamistas. Desde el pasado febrero, residentes y organizaciones de derechos humanos han denunciado una serie de violaciones de derechos humanos por parte de los aliados de Turquía, entre ellas secuestros, asesinatos y conversiones forzosas.
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